¡En el collado de Dios! – Bosquejo

¡EN EL COLLADO DE DIOS!

biblia 5646121 SAMUEL 10: 5-16

INTRODUCCIÓN: usaremos este texto bíblico para centrarnos en este tema y empezamos a introducirnos explicando la palabra “collado” (hb. gib’ah): altura, elevación, cerro, colina, monte, montaña, colina muy alta y hermosa, lugar alto y espiritualmente representaba la “Presencia de Dios”. De hecho el texto base  lo llamó literalmente “el collado de Dios” (vr. 5) y tiene una connotación de “Su Presencia” e indicaba que la tierra de Canaán le pertenecía a Dios y no a los filisteos

También le llamaron el Gib’ah-ha-‘Elohiym, “Gabaa de Dios, de Benjamín  o de Saúl”: este último por lo que era su tierra y allí quedaba su casa y palacio (Jueces 19: 12; 20: 10; 1 Samuel 10: 26; 11: 4; 13: 2, 15, 16; 15: 34; Isaías 10: 29). Ubicada cerca de Kiriat-Jearim donde estaba el Arca. Hacia el este de esta ciudad estaba el pueblo donde vivía Saúl

El nombre “Gabaa” (collado de Dios) se debió probablemente a causa de una de las escuelas del profeta Samuel edificada allí y al santuario o lugares altos que habían en sus alrededores y solo se podía subir trepando con manos y pies (1 Samuel 14: 4, 5,13). De hecho la altura era de 847 metros aproximadamente sobre el nivel del Mar, con cuatro fortalezas y fuertes murallas. Analicemos los hechos:

  1. LO QUE IMPLICABA ESTAR EN EL COLLADO DE DIOS
  2. Pasar por una guarnición de los filisteos (vr. 5)

Recuerde que los filisteos dominaban, eran enemigo acérrimos del pueblo de Dios (Israel) (Jueces 3: 31; 13: 1; 16: 9; 1 Samuel 4: 1-22; 5: 1-12; 6: 1, 2; 13: 1-22; 14: 1-52) y en la época de Saúl mucho más (1 Samuel 14: 52). Allí en Gabaa había un puesto que tenía el ejército filisteo en la frontera con Israel. Sin embargo; por causa de la compañía de profetas había un respeto merecido de parte de los mismos filisteos

Esta guarnición filistea pudo vivir pacíficamente junto a la escuela de profetas de Dios sin perturbar el ejercicio público de sus devociones. De hecho algunos hebreos convivían con ellos (1 Samuel 14: 21). Pero tiempo después (Saúl ya tenía dos años de reinado) los filisteos nuevamente se declararon en guerra contra el pueblo de Dios (1 Samuel 13: 1- 23; 14: 1-52). De hecho tiempo después esta misma guarnición filistea fue atacada por Jonatán hijo de Saúl (1 Samuel 13: 3)

  1. Un viaje de extremo a extremo
  • Saúl se encontraba en Rama (en el extremo): cuando Samuel lo ungió e instruyó subir al “collado de Dios” (1 Samuel 9: 27; 10: 1-5). No sabemos qué distancia había entre Rama y Gabaa; lo cierto es que quedaba bastante distante

  1. Subir, subir y subir
  • 847 metros sobre el nivel del Mar y a veces tocaba trepar con las manos y pies (1 Samuel 14: 4, 5, 13). Además las fortalezas y las fuertes murallas que habían. Esto implicaba peligros, riesgos, fatigas, esfuerzo y sacrificio

Saúl a pesar de estos tres inconvenientes logró llegar y estar en el “collado de Dios”, tal cual como el profeta Samuel se lo había indicado e inclusive acompañado por su criado (vr. 10) (DHH)

REFLEXIÓN: ¿cuántos estamos dispuestos estar en el collado de Dios (Su presencia) muy a pesar de todos los obstáculos e inconvenientes que puedan presentarse? ¿Estamos listos?

  1. 2. LAS EXPERIENCIAS EN EL COLLADO DE DIOS
  2. El espíritu de Jehová vino sobre Saúl con poder (vr. 6a, 10b)

Vino (hb. Tsalák o tsaléakj): apoderarse (DHH), invadir, quedarse con alguien o algo, empujar hacia delante (en varios sentidos), engrandecer, avanzar, prosperar

Poder (hb. Oz): fuerza (en varias aplicaciones), majestad, magnificencia, poderío, poderoso, potencia, potente, resonante, vigor, tosquedad

  • La expresión “Espíritu de Jehová” es también uno de los nombres del Espíritu Santo y sobre muchos en esta misma época de los jueces vino el “Espíritu de Jehová”: Otoniel (Jueces 3: 10), Gedeón (Jueces 6: 34), Jefté (Jueces 11: 29), Sansón (Jueces 13: 25; 14: 6, 19; 15: 14), David (1 Samuel 16: 13), los mensajeros de Saúl (1 Samuel 19: 20)

Sin embargo; en relación con Saúl el “Espíritu de Jehová vino con Poder” (vr. 6, 10). ¿Cuándo? ¿Cómo? ¿Dónde? ¡En el collado de Dios! (vr. 6, 10). Esta experiencia de Saúl aquí mencionada en este pasaje bíblico no fue en la tierra Rama donde vivía Samuel, tampoco donde lo ungieron, ni en la casa de Saúl ni mucho menos mientras buscaba las asnas de su padre: “en el collado de Dios” (vr. 6, 10). Saúl tenía muchas virtudes y cualidades: hijo de un buen padre: Cis (1 Samuel 9: 5; 10: 2), joven  hermoso, alto, sometido (1 Samuel 9: 1-5), deseado o pedido (significado), escogido y ungido como rey por orden divina (1 Samuel 9: 16, 17, 20;                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                              10: 1), prudente (1 Samuel 10: 14-16). Sin embargo; faltaba tener una experiencia personal y directa en la presencia con el mismo Dios (vr. 6, 10) y volvió a repetirse (1 Samuel 11: 6; 19: 23, 24)

  1. Profetizó entre la compañía de profetas (vr. 6b, 10b)
  • La compañía de profetas descendían del lugar alto (el collado de Dios)
  • La compañía venían con salterios, panderos, flautas, arpas y profetizando (Salmos 16: 11)
  • La compañía venia al encuentro de Saúl profetizando: esta sería la más notable de las señales: unirse a una compañía de profetas que descendían del lugar alto (el collado de Dios)
  • La compañía de profetas era una colonia de jóvenes dirigidos por Samuel

Se dedicaban al estudio de ley, al servicio de Dios,  instruir a sus vecinos y varios actos de devoción (alabar a Dios). De hecho la música constituía una parte importante de sus expresiones de alabanzas y se la componía frecuentemente bajo el espíritu de profecía que venía del Señor. Además cultivaban juntos su celo religioso en tiempos de decadencia espiritual.

Ellos habían estado en el lugar alto, probablemente ofreciendo sacrificios y ahora regresan cantando salmos. Se encuentran con Saúl y el “Espíritu de Jehová vino sobre Saúl” y también empezó a profetizar (el espíritu de profecía). Significa que lo que Dios obra en nosotros por medio de Su Espíritu sirve para robustecer nuestra fe mucho más que cualquier otra cosa que obre por nosotros por medio de Su providencia.

De hecho esto llamó la atención de sus conocidos (sorprendidos) preguntando: ¿qué había sucedido con él? “Decían Saúl entre los profetas” y otros preguntaron ¿de quién era hijo? O ¿Quién era el padre de ellos? O ¿de donde les viene este don? (vr. 11-13). Así estaban reconociendo que la inspiración profética viene de Dios y no por linaje y puede manifestarse en cualquiera que Dios elija

Otros lo vieron como una expresión general de desprecio hacia los profetas o el que habló pudo haberse referido a Samuel con desdén o a Saúl con ironía: sólo se daba el título de padre a los profetas más antiguos (2 Reyes 2: 12; 6: 21; 13: 14). Además el proverbio: “Saúl entre los profetas” se aplicaba a cualquiera que irrumpiera en una esfera de la vida completamente distinta a aquella en las que usualmente se desenvolvía y también expresaba el asombro por ver a una persona mala obrar bien

Lo cierto es que Saúl NO era profeta, NO estudio en una escuela profética y NO hay registros que Saúl ya tuviera experiencia en este campo ni su padre Cis. Ni siquiera tenía familia que fueran profetas (esto era requisito y siempre se designaban de acuerdo a sus casas paternas – 1 Crónicas 25: 1, 6). Aunque la escuela de profetas estaba cerca de la casa de su padre nunca había estado él asociado con ellos. Esto fue el motivo de asombro ante los profetas: como una persona pudiera “fluir con ellos” sin tener ni el mínimo grado de preparación. Comparar con 1 Samuel 19: 20; Hechos 9: 20-22. ¡El Espíritu Santo habilitó a Saúl a profetizar! Estudiar también este caso (Números 11: 24-30)

  1. Mudado en otro hombre (vr. 6c, 9)

Mudar (hb. Jafák- paná): volverse hacia o sobre, cambiar, voltear, retornar, aspecto, contrario, convertir, girar, limpiar, preparar, parecer, cambiar, nuevo (NVI), transformar (NTV), diferente (PDT). Significa entonces que Dios hizo de Saúl un hombre nuevo, una persona diferente (PDT), cambiarle la vida: un cambio (PDT), transformarlo en otra persona diferente (NTV), darle un nuevo corazón (NTV), hacerlo una nueva persona (NVI), cambiarle el corazón (NVI).

¡Lo que más sorprende es la manera como Dios le dio otro corazón! Saúl ya no tiene el corazón de un labriego, estrecho, bajo, ocupado en el trigo, en el ganado, hasta acomplejado (1 Samuel 9: 20-22), sino el corazón de un hombre de estado (rey), de un general, guerrero, de un príncipe. ¡Significa que a quien Dios llama también lo capacita!

Quiere decir también que tanto la transformación, la recepción del poder del Espíritu Santo, así como la regeneración de su corazón, era algo esencial si Saúl iba a guiar a Israel de acuerdo con los propósitos divinos. También nosotros nos transformamos en “hombre nuevo”, no por nuestra capacidad personal, sino por la gracia de Dios. Él nos ayuda a cambiar y a ser lo que debemos ser. Todo lo que debemos hacer es ponernos a Su disposición y someternos a la voluntad de Dios.

La “cirugía” que Dios hace en nuestro corazón cuando formamos parte de su familia  y como él es quien cambia nuestro corazón y nos muda a otro hombre.  Es algo que sucede cuando decidimos formar parte del plan de Dios y cuando le entregamos nuestro corazón a Dios (2 Corintios 5: 17; Efesios 4: 22)

CONCLUSIÓN: tengamos bien en cuenta todas estas experiencias de Saúl en el collado de Dios o en el monte (Su presencia): el poder del Espíritu Santo, el don de profecía y sobre todo su experiencia transformadora de su corazón o el mismo para reinar sobre Israel. Desafortunadamente Saúl no se mantuvo en esa línea y en ese mover. Al contrario empezó a desatinarse terriblemente y terminó mal (1 Samuel cap. 13 al 31)

¡Es allí en el monte o en la presencia de Dios donde se tienen las mejores experiencias y vivencias espirituales! ¡El monte nos espera! (Éxodo 8-15; 19: 14-25; 24: 12-18; 34: 1-9; 1 Reyes 19: 11-18; Mateo 14: 23; 17: 1-13; Juan 6: 15; Apocalipsis 21: 9-27; 22: 1-21). ¡AMÉN QUE SÍ!

AUTOR: PrediCantor Garys Leandro

Preparado para: www.destellosdesugloria.org

 

 

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