¿Un padre ejemplar? – Reflexiones Cristianas

¿Un padre ejemplar?

«Samuel estaba durmiendo en el templo de Jehová, donde estaba el arca de Dios; y antes que la lámpara de Dios fuese apagada, Jehová llamó a Samuel; y él respondió: Heme aquí».

1 Samuel 3:3,4

La Palabra de Dios es para todo tiempo; hoy, es tan vigente como ayer, y lo será mañana. A los padres que son de hoy, les toca una gran responsabilidad frente a los hijos, si para ellos los hijos son lo que dice el Salmo 127:3, He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre, la actitud será de responsabilidad en la crianza, y en la conducción en la vida, hasta que ellos estén en condiciones de tomar sus propias decisiones. No es posible desconocer que vivimos tiempos peligrosos para los hijos y para las hijas, sean niños o jóvenes, donde la influencia de la sociedad, en todos sus aspectos, se hace sentir con fuerza sobre ellos. Temas como la homosexualidad; el estímulo a usar preservativos, en Chile, el Ministerio de Salud está promoviendo su reparto en los liceos; el alcoholismo; la drogadicción, el tabaquismo, son algunas de las presiones que deben enfrentar todos los días, y si los padres no están apercibidos las consecuencias pueden llegar a ser desastrosas. Gracias debemos dar al Señor porque la Biblia tiene respuestas para todas las cosas que nos afectan, y para lo que comentamos también.

La sociedad no es buena en esencia, porque está influenciada por el príncipe de este mundo. Y la sociedad en la época del joven Samuel no era la excepción. Tenía una característica que la identificaba: y la palabra de Jehová escaseaba en aquellos días; no había visión con frecuencia” 1 de Samuel 3:1. Una nación queda a expensas del mal cuando la Palabra de Dios está ausente de ella, afloran con vigor la inmoralidad, la corrupción, los homicidios, la anarquía, la violencia, el terrorismo, y muchas cosas más, y la situación se torna peor, más dramática, cuando lo mismo sucede con la familia cristiana, que precisamente es la llamada a cambiar la sociedad en que vive. La Escritura nos presenta el ejemplo de la familia de Elí. Nos revela tan claramente que hubo fallas graves en la conducción de los hijos, que sería necio de nuestra parte no considerarlas para no cometerlas también.

Una de las poderosas razones esgrimidas por el Señor para quitar de las generaciones de Elí el sacerdocio fue: porque sus hijos han blasfemado a Dios, y él no los ha estorbado 1 de Samuel 3:13. A tal grado fue la maldad de los hijos de Elí que no tuvieron empacho de no tomar en serio los servicios del culto, de los sacrificios santos. Obviamente que lo corrupto de la sociedad los había alcanzado haciéndolos actuar sin temor a Dios, y Elí como padre los dejó actuar, pensando que dándoles en el gusto les hacía un bien, y esta actitud la tuvo desde que sus hijos eran muy pequeñitos, creyendo tal vez que al crecer iban a cambiar; cuando quiso aplicar la disciplina ya era tarde.

Elí, lamentablemente tuvo la misma actitud en toda su casa, afectando a Samuel. Éste había sido entregado por su madre para que fuera criado bajo los preceptos de Dios, para el servicio de Dios Creador, hasta que llegamos al llamado de Samuel, la que no está exenta de dramatismo, no conocía la voz del Señor.

A pesar de estar rodeado por “las cosas de Dios”, participando en ellas día tras día, él, personalmente no lo conocía. Dice la Escritura:Y Samuel no había conocido aún a Jehová, ni la palabra de Jehová le había sido revelada”, 1 de Samuel 3:7. Jamás Elí, como padre, porque Samuel le había sido entregado para que lo criara como a un hijo, le había hablado de la Palabra de Dios, sólo su corazón bueno lo libró de correr la suerte de los otros hijos de Elí.

El papá y la mamá que son cristianos, deben comprender que no es suficiente mantener a los hijos “en las cosas de Dios”, si no hay una directa ministración y consejería de su parte hacia ellos. La iglesia hace su parte, los líderes también, ni que decir de los pastores y ministros, pero se estará cometiendo un gran error si como padres no hacen la suya. Elí no lo hizo, y lo pago muy caro.-

Autor: Oscar Olivares Dondero

Preparado para: www.destellodesugloria.org

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