Lo viejo persigue a lo nuevo
Lo viejo persigue a lo nuevo
Todo cambio que no cambie nuestra manera de pensar, no es un cambio. Del mismo modo que no podemos usar un traje sobre otro, tampoco podemos incorporar ideas nuevas si antes no sacamos las viejas.Remendar no sirve, no cambia la situación. Un cambio, aunque sea pequeño, trae detrás de sí un sinfín de cambios.
Jeroboam, era un rey muy malo que hacía lo que quería; levantó un altar, puso dos becerros de oro y puso como sacerdotes a toda clase de gente y empezó a decirle a todos que ahí estaba el dios que los había sacado de Egipto.
Siempre habrá gente que querrá confundirte, y no cualquier gente, tendrán autoridad, pero Dios se encargará de enviarte a alguien con un mensaje de su parte para que no caigas en el lazo del diablo.
En otra ciudad, había un profeta joven, a quien Dios le había dado una palabra para que se la llevara a Jeroboam. Este joven profeta habló al altar diciendo: “Altar, altar, vas a ser destruido, va a nacer un hombre llamado Josías y toda la gente que se sacrificó en este altar, sus huesos serán esparcidos por él”. El profeta siguió diciendo que como señal de que así ocurriría, el altar explotaría.
Lo interesante es que Dios le reveló el nombre al joven profeta de quien destruiría ese altar, pues Josías nació trescientos años después.
Dios te hablará con claridad y te revelará con nombre y apellido las cosas que sucederán y tendrás poder para romper los altares falsos, aquellos donde está la droga, el alcohol, la mentira y cualquier tipo de venda y esos altares explotarán en el Nombre de Jesús de Nazaret.
Cuando el rey escuchó eso, estiró la mano indicando que lo apresaran. Inmediatamente, cuando el altar explotó, al rey se le paralizó la mano, sin poder doblarla. Con temor el rey le pidió que orara a Dios para que fuera sanado, el profeta así lo hizo y la mano se le sanó. El rey sorprendido lo invitó a comer para agasajarlo, pero el profeta se negó, pues no haría ningún lazo almático con el rey, ni con nadie del lugar y se marchó.
Cuando el profeta se fue para su ciudad, la gente, que había presenciado todo, quedó tan sorprendida que fueron a avisarle a un profeta viejo. Este preguntó para dónde se había ido el joven y salió a buscarlo.
Hay gente que puede tener veinte o treinta años y ser un profeta viejo. Viejo es aquel que vive de su fe vieja, que no la ha renovado. El viejo representa el que alguna vez vivió algo lindo, pero que actualmente vive de recuerdos viejos, de su vieja etapa, de su viejo pasado.
Cuando se encontraron, el profeta viejo se presentó y lo invitó a comer a su casa; el joven dijo que no podía porque Dios le había dado órdenes de que no tenía que detenerse a comer con nadie de aquella ciudad. Pero el profeta viejo insistió y le mintió, le dijo que como él era también profeta, un ángel le había hablado y que debía aceptar su invitación. Así lo hizo, y mientras comían el profeta viejo le dijo: “Por cuanto desobedeciste a Dios, te va a matar”.
Después el profeta joven se fue por su camino, vino un león, lo mató y se quedó al lado del cuerpo. El viejo profeta fue a buscarlo encontrando al león y al asno que lo llevaba, parados al lado del joven muerto, entonces lo cargó, lo llevó, hicieron duelo y lo enterraron en su tumba y dijo: “Pobre hermano mío que desobedeció a Dios”, y expresó que cuando muriera su voluntad era ser enterrado al lado de ese joven.
Cada vez que camines en algo nuevo de Dios, alguien viejo en la fe vendrá a buscarte, tienes que estar atento.Satanás no te va a despedazar, pero mandará a alguien, el que te va a destrozar será el mismo religioso que te engañó. El profeta joven era de Judá (significa alabanza), debes regresar a Judá sin detenerte. Porque en la alabanza Dios se mueve, Dios te defiende, nada ni nadie te tocará, allí es donde el Señorse te revela para que no seas engañado ¡tienes que regresar a tu vida de adoración, allí está tu victoria!
Por Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org