Destellito: El Impedido
Un Destellito en las manos de Dios.-
Destellito se ha asombrado de muchas de las desgracias humanas. Hay unas que le causan pena por lo grave que son y otras le provocan enojo. Pero más enojo siente por la actitud de personas que disfrutan de un buen estado de salud, y que les da motivo para reaccionar discriminatoriamente con aquellos que sufren un impedimento físico. La crueldad llega a límites insospechados. Ser un impedido en la sociedad actual es poco menos que un pecado, y eso Destellito lo ha visto en los recorridos que realiza por el mundo.
Los impedidos deben soportar las burlas, los chistes, los maltratos de todo tipo, que prácticamente los convierten en parias de la sociedad, no considerados por aquellos que deberían protegerlos y velar por su bienestar, incluso los templos, en su gran mayoría, no tienen acceso habilitado para aquellos que utilizan silla de ruedas.
El Impedido.-
En cierta oportunidad, comenzó a relatar Destellito, un hombre en una silla de ruedas, transitaba por una calle importante de una ciudad, hacía más o menos dos años que debido a una enfermedad sufrió la amputación de ambas piernas. En aquella oportunidad su estado de ánimo no era de los mejores, pensaba que no servía para nada, y que tan solo era una carga para su familia, fueron muchas las noches que lloró amargamente por su condición. Hasta que atraído por el bullicio se acercó al lugar de donde provenía. Era un templo evangélico. Se ubicó lo mejor que pudo para oír lo que se hablaba, no podía ingresar porque había escalinatas. Aquella iglesia estaba en campaña para ganar almas para Cristo. El hombre disfrutó de los cantos, la música, y el sermón que hablaba de las bienaventuranzas. Cuando el predicador invitó a las personas a pasar al altar para aceptar al Señor Jesús como Salvador personal, él no lo pudo hacer.
Dice la Palabra de Dios, dijo Destellito, en 2a de Samuel 9:13: Y moraba Mefi-boset en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; y estaba lisiado de ambos pies.
Es hermosa la historia de Mefi-boset. Comer a la mesa del rey era una oportunidad excepcionalmente dada, era hijo de Jonatán, y por amor a él, el rey
David determinó que éste hombre impedido estuviera a su mesa.
Esta historia es un tipo de Cristo Jesús, él dijo: el que a mí viene, no le echo fuera. Juan 6:37.
Pienso, dijo Destellito, que muchos impedidos físicos leen mis reflexiones, a cada uno les digo que si creen en Cristo Jesús también se sentarán a la mesa del Rey de Reyes. El Reino de los cielos con sus moradas, también han sido construidas para ustedes. Y si la sociedad los discrimina, Cristo Jesús los ama y los recibe tal cual, porque Él no mira lo que está delante de sus ojos, sino que tu corazón. Si en la vida que llevas te falta un brazo, una pierna, un ojo, los dedos, o cualquier otra parte de tu cuerpo, en la vida eterna estarás completo porque allá en la gloria no existen los impedidos, terminó de decir Destellito.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org
Gloria a Dios porque si aqui en esta tierra estamos inconforme con nuestra estatura o color de pel aya seremos perfectos y todos seremos iguales.