Vas a llegar al otro lado

Vas a llegar al otro lado

al otro lado “Aquel día, cuando llegó la noche, Jesús les dijo: pasemos al otro lado, pero se levantó una gran tempestad”¿Por qué Jesús no les habló de la tormenta? porque él no nos va a hablar del proceso, porque probablemente nos acobardaríamos. Por ejemplo cuando Israel estaba en Egipto, y Dios los sacó de allí, no les habló del desierto que había por delante. Cuando José soñó, no sabía que iba a pasar por el pozo y por la cárcel.

No importa los movimientos que el diablo haga. Dios ya sabe todas las jugadas y ¡al final vamos a ganar! Él es como un “ajedrecista profesional” que se adelanta mentalmente a la jugada de su contrincante.

Antes de seguir a Jesús, teníamos tormentas y ahora también, la diferencia está en que, antes sufríamos en silencio, o padecíamos sin entender. Pero ahora el Espíritu Santo intercede por nosotros con gemidos indecibles, ahora no volvemos atrás, seguimos adelante en medio de la tormenta y llegamos al otro lado. A David lo perseguían, lo querían matar, lo golpeaban. Pero él estaba ungido. Por eso podemos perseguir la tristeza, golpearla y matarla porque «tenemos la unción del vencedor».

Vino un maremoto y Jesús dormía, pero se levantó y reprendió a la tempestad, y ésta se calmó; a  los discípulos también los reprendió ¡porque todavía no tenían fe!

 Vas a ser más exigido si eres discípulo, que si eres multitud. Multitud: es una manera de pensar, es cuando no te distingues del resto, haces lo que hacen todos. 

¿Por qué Dios  permitió  la tormenta? Porque quiere formar fe en nosotros.

Dios siempre quiere formar algo con las tormentas de la vida,  él no las manda, las permite. Todo lo que Dios te da en el culto, te lo llevas para el barco. No llegues tarde a las cosas de Dios. En su Presencia está la unción del Espíritu Santo, es allí donde formarás los mejores recuerdos, esos recuerdos eternos te los vas a llevar al cielo, todo lo que viviste cerca de él.

Vas a seguir expandiéndote

Donde hoy estás es el comienzo que te llevará hacia todo lo grande que Dios ya preparó de antemano. Abraham quería un hijo y Dios le dice: «Abraham sal de la tierra, mira las estrellas ahí está tu descendencia»; Abraham vio a Isaac, a Jacob, a José, a David, a Moisés, a Jeremías. Enseñanza: Dios no te saca de una situación puntual, Dios te da un proyecto eterno de prosperidad.

Dios te va a sacar de la tierra y te va a decir: «yo voy a bendecir a tus hijos y a los hijos de tus hijos por mil generaciones; yo no soy el Dios que te saca de circunstancias, soy el Dios que te da un proyecto de vida por mil años de bendición».

Había un muchacho millonario pero la plata nunca lo había trastornado, y un pastor le preguntó: «¿cómo es que siendo hijo de un hombre tan rico el dinero no te trastorna?» y el muchacho le dijo algo que le impactó: «mira, mi papá nos enseñó que todo lo que había en casa era un ídolo o una herramienta, y nosotros elegimos que sería una herramienta. El dinero no tiene que ser tu ídolo, sino una herramienta. Dios te va a prosperar; pero tengo una buena noticia: no te va a sacar solo de esa situación, te va a poner en un proyecto extraordinariamente bendecido, porque cuando Dios llama gente a su equipo, a esa gente todo lo que haga le saldrá bien; porque él te prometió que: “el bien y la misericordia te seguirán TODOS LOS DÍAS DE TU VIDA”.

Antes las presiones nos debilitaban, ahora nos hacen más fuertes

“Esta leve tribulación momentánea produce un cada vez más excelente peso de gloria».Antes las deudas me debilitaban ahora “tengo piel de rinoceronte”. Los problemas que tienes te van a hacer más fuerte.“En Cristo busco el sí” me dirán 134 veces que No, como le pasó al escritor del libro «Sopa de pollo para el alma», pero la número 135 fue un sí y ese hombre se hizo millonario.

A alguien Dios le puso el «sí”. Lo que antes nos deprimía  sin Cristo  ahora nos motiva en Cristo .Nos cambia la manera de funcionar. Toda la libertad que Satanás y la gente te cortó, la infancia, la adolescencia, la juventud, etc. ¡te va a volver a crecer! Porqueantes era por la suerte;  ahora es por la fe.

El único que te entiende es Jesucristo, él está remando contigo, él te prometió que iba a remar contigo. No hay otro como tú que pueda alcanzar el sueño, rema por tus propios ideales, deja de querer ser como el otro. “quiere y alcanza lo que quieres”, activa el principio de la creatividad: “¿qué me gustaría ser y hacer?”.

Cuando miras a Jesús, allí hay descanso para tu alma, algunos te dejan, pero al final Él siempre está contigo, cuando todos se van, y solamente miras a Jesús es cuando empiezas a descansar, él dijo: “vengan a mí todos los que están trabajados, y  cargados”. El barco de tanta carga se hunde. Si estás agotado/a y te estás hundiendo, míralo a Él. Si sabes y declaras que: “Jesús está en la barca remando contigo, vendrá el descanso que estás necesitando”. Cuando remes hazlo lo mejor que puedas, porque cuando Dios  te da un sueño siempre en el otro lado hay gente para bendecirte. No importa la casa, el coche, o el trabajo que tienes ahora,  del otro lado hay otro mejor. ¡Es hora de pasar al otro lado!

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

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