Zaqueo

Hoy en día abemos muchos Zaqueos alrededor de todo el mundo, yo era un Zaqueo, gracia doy a Dios por enviar al Señor Espíritu Santo para que abriera mis ojos y me revelara la verdad de Jesucristo su hijos amado, y que me convenciera de la verdad de Dios, un Dios de amor, que perdona restaura y nos regala la vida eterna.

Zaqueo, era un hombre como todos nosotros, necesitado de Dios, hoy en día todos necesitamos de Dios, pero muchos somos tan orgullosos, soberbios, prepotentes y autosuficientes, que no reconocemos o más bien no aceptamos que estamos mal y que en verdad necesitamos un cambio, el cual solo Dios a través del Jesucristo y con el poder del Señor Espíritu Santo lo podremos lograr. Para eso tienes que bajarte del árbol, tienes que dejar tus intereses personales y tomar los intereses de Dios.

Lucas 19:1 Jesús llegó a Jericó y comenzó a atravesar la ciudad. 2 Resulta que había allí un hombre llamado Zaqueo, jefe de los recaudadores de impuestos, que era muy rico. Este hombre Zaqueo, era un hombre influyente, también a los ojos de las personas de aquella época era un ladrón, tenía una buen posición económica, podríamos decir no le falta nada, pero resulta que Zaqueo no era feliz, dentro de si él sabía que había algo más que tener dinero, ¿que podría ser? un futuro después de la vida; al morir en esta tierra, él quería vivir en esta tierra bien, gozar en verdad de todo lo que tenía, pero su ceguera espiritual se lo impedía. Pero sucedió que el ya había escuchado de Jesús, ya había oído que decían que él era el hijo de Dios, y pensó él tiene la respuesta mis dudas, a mis problemas, quien más que Jesús para ayudarme.

Pero se encontró con un obstáculo, muchas veces los afanes, los deseos carnales, los amigos, familiares, la novia (o), se oponen a que demos el paso y que reconozcamos nuestra condición y pensemos: Hay algo más en esta vida que las obsesiones personales, que el dinero, que los deseos carnales, Zaqueo quería ver a Jesús, pero tenía un obstáculo muy grande, su ego, su yo, pero un día cuando escucho que Jesús pasaría por su tierra fue a buscarlo.

3 Estaba tratando de ver quién era Jesús, pero la multitud se lo impedía, pues era de baja estatura. 4 Por eso se adelantó corriendo y se subió a un árbol para poder verlo, ya que Jesús iba a pasar por allí. Zaqueo tenía la firme convicción que solo Jesús le podía ayudar por eso se subió al árbol, no habría nada, ni nadie que le impidiera conocer a Jesús, pero él no contaba con algo: Jesús miraba el corazón de las personas, Jesús vio el corazón de Zaqueo, su necesidad de Dios, su hambre y sed de cambio y entonces le dijo:

 5 Llegando al lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: Zaqueo, baja en seguida. Voy a quedarme hoy en tu casa. 6 Así que se apresuró a bajar y muy contento, recibió a Jesús en su casa. 7 Al ver esto, todos empezaron a murmurar: Ha ido a hospedarse con un pecador. Zaqueo me imagino que ha de haber pensado: siendo yo un pecador Jesús ha venido a mi casa (corazón) vino para sanar mi tierra (corazón), creo que este hombre gozoso gritaba, Jesús vino a mi casa, Jesús vino a visitarme, Jesús vino a perdonarme, Jesús vino a salvarme, Jesús vino para darme vida eterna. ¿Puedes tú decir lo mismo?, ¿cómo fue tu encuentro con Jesús?, ¿cómo fue cuando el vino a tu casa (a tu vida)?, y si aún eres un Zaqueo necesitado: ábrele la puerta de tu corazón a Jesús y él es fiel y justo y te perdonara. Pero recuerda siempre habrán enemigos de tu alma que van a murmurar, no te preocupes de lo que diga estas personas, preocúpate de lo que Dios piense y diga de ti. Recuerda Dios decía de Job: varón justo, integro, temeroso de Dios y apartado del mal, preocúpate más de lo que Dios diga de ti.

8 Pero Zaqueo dijo resueltamente: Mira, Señor: Ahora mismo voy a dar a los pobres la mitad de mis bienes, y si en algo he defraudado a alguien, le devolveré cuatro veces la cantidad que sea. Podemos ver como este hombre rico cuando vino Jesús a su vida, entendió que había algo más porque vivir que amansar riquezas, entonces comprendió al rey salomón cuando dijo:

Eclesiastés 6:2 un hombre a quien Dios ha dado riquezas, bienes y honores, y nada le falta a su alma de todo lo que desea, pero que Dios no le ha capacitado para disfrutar de ellos, porque un extraño los disfruta. Esto es vanidad y penosa aflicción. Zaqueo entendió que la riqueza no era para amontonarla, también entendió que sus posiciones las había adquirido robando por eso expresa, si he defraudado a alguien le devolveré cuatro veces, de veras que cuando Jesús llega al corazón, hace cambios que nadie entiende, Zaqueo si entendió lo que dijo Job:

Job 1:21 Entonces dijo: Desnudo vine a este mundo, y desnudo saldré de él. El Señor me lo dio todo, y el Señor me lo quitó; ¡bendito sea el nombre del Señor! Zaqueo entendió que más que el oro y la fama, es tener el favor de Dios, por eso Zaqueo empezó a repartir su vienes, sus ojos fueron abiertos y entendió que en la vida es mejor el favor de Dios, el amor de Dios, y todas las bendiciones que vienen de Dios; que las posesiones de esta tierra.

Dice una historia: Que un hombre “rico” dio instrucciones a su abogado para el día de su muerte y le dijo así Primero: Cuando muera quiero que por favor me carguen los mejores médicos de nuestro país. Segundo: quiero que atrás de mi féretro vallan varias personas tirando mi dinero por la calles, y tercero y ultimo: que cuando me entierren hagan dos hoyos en la caja y por esos dos hoyos salgan mis manos hacia arriba con las manos abiertas.

El abogado sorprendido le dijo: y porque quiere hacer todo esto y el hombre respondió: quiero que los mejores médicos del país me carguen para que todos vean que ni con todo su conocimiento pudieron salvarme y extenderme la vida, quiero que las personas vallan detrás de mí tirando mi dinero para que todos vean que el dinero de nada nos sirve en esta vida, mucho menos ya muertos y por ultimo quiero que me entierren con las manos extendidas al cielo, para que todos vean que nada traemos a este mundo y que nada nos llevaremos de él, pero que entiendan que Dios es quien merece toda la gloria y la honra.

9 Hoy ha llegado la salvación a esta casa le dijo Jesús, ya que éste también es hijo de Abraham. 10 Porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.  Jesús al ver la actitud de Zaqueo dijo: en verdad este hombre ha recibido la salvación que le ofrecí, en verdad saco de su corazón; todo lo que lo ataba en este mundo y lo lleno de mí, hoy ha recibido perdón, restauración salvación y la vida eterna. ¿Y tú ya la recibiste?

Jesús, está atravesando por tu ciudad y resulta que hay un hombree llamado Hugo (pon tu nombre) necesitado de Dios, que quiere un cambio, que quiere disfrutar de la vida y ver días buenos rodeados del amor de Dios, propón en tu corazón como Zaqueo; vencer cualquier adversidad, problema y obstáculo por alcanzar la salvación y la vida eterna que te ofrece Jesucristo.

En conclusión:

Los que, como Zaqueo, desean sinceramente ver a Cristo, vencerán cualquier obstáculo y se esforzarán para verlo. Cristo ofrece visitar la casa de Zaqueo. Donde Cristo va, abre el corazón y lo inclina a recibirlo. El que quiere conocer a Cristo, será conocido de Él. Aquellos a quienes Cristo llama, deben humillarse y descender. Bien podemos recibir con gozo al que trae todo lo bueno consigo. Zaqueo públicamente dio pruebas de haber llegado a ser un verdadero convertido. No busca ser justificado por sus obras como el fariseo, pero por sus buenas obras demostrará la sinceridad de su fe y el arrepentimiento por la gracia de Dios. Zaqueo es considerado feliz, ahora que se volvió del pecado a Dios. Ahora que es salvo de sus pecados, de su culpa, del poder de ellos, son suyos todos los beneficios de la salvación. Cristo ha venido a su casa, y donde Cristo va, lleva consigo la salvación. Vino a este mundo perdido a buscarlo y salvarlo. Su objetivo era salvar, donde no había salvación en ningún otro. Él busca a los que no lo buscan y ni preguntan por Él.

Por Hugo Leonel Orellana Martínez

Escrito Para www.destellodesugloria.org