Jardín bien plantado – Reflexión

Jardín bien plantado

jardin bien plantadoSer jardinero es una labor muy hermosa, pues no es todo el mundo que se le mide a eso, y no hay nada más gratificante que ver florecer su  trabajo, ver a una hermosa flor nacer, o disfrutar de muchos frutos.

Es  muy importante estar capacitado para hacer dicha labor, pues para lograr que una planta retoñe necesita de un cuidado especial, tener las condiciones necesarias para poder crecer. Debe ser una tierra fértil, aparte tener una buena semilla, y después de sembrarla, hay que estar al pendiente de ella, regarle agua, cuidarle de la luz y de la sombra o abonarla.

En la vida cristiana, la labor de sembrador no es solamente para lo que les guste, sino para todos, puesto que esa semilla que es  la palabra de Dios, debe ser sembrada en la tierra, no importando que clase de tierra sea, hay que cumplir con esparcirla, y luego  cuidar esa semilla, discipular y velar a esa persona para que crezca en la palabra, en su relación con Dios; para que luego esta valla y de muchos frutos.

Luego Jesús les contó la siguiente historia: ¨Un hombre plantó una higuera en su jardín, y regresó varias veces para ver si había dado algún fruto, pero siempre quedaba decepcionado.  Finalmente le dijo al jardinero: Llevo tres años esperando, ¡y no ha producido ni un solo higo! Córtala, sólo ocupa espacio en mi jardín. El jardinero respondió: Señor, dale otra oportunidad. Déjala un año más, y le daré un cuidado especial y mucho fertilizante. Si el año próximo da higos, bien. Si no, entonces puedes cortarla¨. Lucas 13:6-9 (Nueva Traducción Viviente).

A veces nos desesperamos y nos decepcionamos de aquella personas  a las que llevamos mucho tiempo compartiendo la palabra, nunca cambian, siempre son las mismas, y se quedan estancadas espiritualmente que ni se mueren pero tampoco dan fruto, y siempre la mala decisión que tomamos es dejarla por sí sola, alejarnos de ella, porque vemos que no tiene marcha atrás, solamente van a ocupar una silla en la iglesia.

Pero el gran y mejor jardinero de todos, nuestro Señor Jesús, siempre vive al pendiente de nosotros e intercediendo delante de Dios, para que cada día nos de una nueva oportunidad, dándonos un trato especial. Hay momentos en que ese trato no es  nada agradable para nosotros, pues al igual que las plantas, les recortan algunos tallos para que puedan retoñar o puede que la  arranquen de ese sitio para sembrarla en  otro lugar donde tenga más espacio. Hay cosas en esos cambios que puede que nos duelan o que nos cueste, pero omitimos que en vez de ser cortados y desechados de una buena vez, el Señor nos cuida y cambia las cosas malas que hay en nosotros, nos da la oportunidad de renovarnos, fortalecernos y alimentarnos directamente de Él.

Lo que más anhela Dios en nosotros en que continuemos con la labor de su hijo Jesús, que no importando el sol, la lluvia, la tempestad, el desierto, nos mantengamos firmes, y no dejarnos secar por nada, sino que por el contrario, demos frutos, produzcamos ese amor y esa pasión por Dios y las almas a nuestros discípulos. Para así conformar un gran jardín, donde a pesar de que haya diversidad de plantas, hay una cosa en común y es agradar a Dios, amarlo y siempre estar unidos a él para poder vivir una eternidad.

¨Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; Y  todo lo que hace, prosperará.¨

Salmos 1:3 (Reina-Valera 1960).

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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