Ilustraciones – El burlador burlado

El burlador burlado

Había cierta vez un chiquillo que sufría continuamente las burlas de su hermano mayor. “Si hacés lo que te digo, te doy una de estas dos monedas” le decía. A veces las “misiones” que le encargaba significaban “trabajo sucio” como sacar la basura o asear y ordenar el cuarto. Otras veces, duras, como cortar el pasto. Todas tareas que eran asignadas por sus padres al hermano mayor.

En nuestro país, la moneda de $ 0,50 es más grande en tamaño físico que la de $ 1 que tiene el doble de valor. Los niños tienden generalmente, a darle más cuantía o más importancia a las cosas por su tamaño físico. Es decir moneda más grande más valor, moneda más chica, menor valor. Este “detalle” no se le pasó desapercibido al abusivo hermano mayor, que cada vez que le encomendaba una de sus “misiones” al pequeño, le daba a elegir entre la moneda más grande y la más chica. Su hermanito siempre tomaba, como era de esperarse, la de mayor tamaño físico, es decir la de menor valor.

Así pasó el tiempo, hasta que ya jóvenes ambos, un día recordaron estas “travesuras” del hermano mayor. Y surgió la pregunta: -¿Por qué siempre tomabas la moneda más grande? ¿No te dabas cuenta que la más chica tenía más valor?

-Si hubiera tomado la de mayor valor –respondió el menor- hubiera ganado sólo $1.- porque no lo habrías hecho de nuevo. En cambio así, me parece que perdiste la cuenta de la cantidad de veces que me diste cincuenta centavos…
¡El burlador burlado!

Esta abusiva “travesura” me recordó las elecciones que frecuentemente realizamos nosotros como cristianos. ¡Cuántas veces a la hora de elegir nos dejamos “deslumbrar” por el tamaño, nos “encandilamos” con el brillo sin darnos cuenta de que muchas veces Dios nos pone a disposición cosas que parecen ser pequeñas, pero que a menudo son de mucho más valor y bendición para nosotros.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente…

(Efesios 4:22-23 RV60)

Autor: Luis Caccia Guerra

Escrito para www.devocionaldiario.com

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: