Reflexión: El vaso con agua
Un Destellito En Las Manos de Dios
Día a día Destellito agradece al Señor Jesús, la preciosa oportunidad que tiene de enseñar la Palabra de Dios, y en el mundo hay muchas situaciones que pueden servir de modelo, como esta.
Se cuenta la historia de un hombre, que a causa de sus fechorías fue condenado a muerte. Se encontraba todo dispuesto para que a la orden del Príncipe, se procediera a su ejecución por guillotina.
—Antes de aplicar la sentencia, ¿Tienes algún último deseo?, preguntó el Príncipe al condenado. El hombre, que apenas podía sostenerse a causa de los temblores, dijo:—Denme un vaso con agua, y era tanto su afligimiento que no podía sostener bien el vaso para llevárselo a la boca. —No te preocupes…no serás pasado por la guillotina hasta que puedas beber ese vaso con agua, dijo el Príncipe. Al momento, el sentenciado tiró el vaso con su contenido al suelo, y al no poder recoger el agua derramada, el hombre fue puesto en libertad por haber creído la promesa hecha por el Príncipe.
El Vaso Con Agua
Y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2a de Corintios 6:18, 7:1.
Grandiosas promesas están escritas en el Sagrado Libro, para todo aquél que se precie ser hijo o hija de Dios. El reo ya estaba condenado a morir, no tenía como salvar la situación, sin embargo, una promesa hecha por el Príncipe lo libró sin merecerlo. De la misma manera pasó con cada persona del mundo desde que es. Todo el linaje humano estaba condenado irremisiblemente a causa de su pecado, ¿la sentencia?, morir, y morir sin plazo fijo. Pero sí hubo algo que intervino en favor de los hombres y de las mujeres, sin merecerlo, que Jesús tomó el lugar de cada condenado a muerte en el mundo, desde su fundación hasta el fin de los siglos, para dejar de lado causa de muerte, y obtener mediante promesas, salvación y vida eterna. Promesas como la siguiente: De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí tiene vida eterna. Juan 6:47.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org