Socorro de lo alto
¡SOCORRO DE LO ALTO!
INTRODUCCIÓN: La palabra “SOCORRO” significa auxilio, asistencia, ayuda, favorecer, salvar de un peligro apremiante que fácilmente y con frecuencia sirve para resolver una dificultad a alguien que se encuentra en necesidad grave y apremiante. A continuación estudiaremos algunas verdades al respecto de este tema, usando este Salmo que era un dialogo litúrgico en el corazón de una persona; como también un Salmo de seguridad, confesión y confianza totales en la protección de Dios ante los peligros de la vida y que los peregrinos en la época lo usaban como canto gradual. Veamos:
1. UN CLAMOR PIDIENDO AYUDA
Este salmista mientras contemplaba, miraba, veía las montañas o los montes (el propio monte Sión) en dirección a Jerusalén; levantó un clamor desesperado pidiendo socorro, auxilio, ayuda y asistencia divina. Lo más probable es que él cuando escribió este Salmo estaba en una situación negativa, adversa, difícil, desfavorable y por eso clamó confiadamente al Señor por ayuda, auxilio, socorro en ese momento (vr.1, 2).
En los tiempos bíblicos hubo otros personajes que también pidieron y necesitaron la ayuda de Dios: David el dulce cantor, el gran salmista, el rey más amado de Israel, el hombre conforme al corazón de Dios, el que tenía el respaldo divino y venció a Goliat (Salmos 22: 19; 30: 10; 38: 22; 40: 13; 54: 4; 60: 11; 70: 1; 124: 8), Asaf otro gran salmista; maestro del coro del rey David (1 Crónicas 16: 4-7; Salmos 79: 9), Tau (salmos 119: 173), entre otros.
A veces pensamos que la vida de los grandes personajes en la Biblia como por ejemplo Abraham, David, Jeremías, Job, Elías, Ezequiel, Ezequías, Pablo, entre otros solo fue color de rosa y bendición. Ellos también sufrieron, experimentaron el dolor, tuvieron dificultades, enfermaron, recibieron malas noticias y necesitaron la ayuda divina. Hasta el mismo Jesucristo experimentó el sufrimiento y necesitó la ayuda del Padre celestial (Hebreos 5: 7).
2. LA ÚNICA ALTERNATIVA DE AYUDA
Este salmista entendió, comprendió perfectamente que su única alternativa de ayuda era Jehová, el Dios que hizo los cielos y la tierra: sabía que el creador (Jehová) era su única ayuda, auxilio, socorro, alternativa, opción, salida, esperanza, guía, solución. Tenía bien claro que sólo Dios podía extenderle la mano (ayudarlo) y hacer algo por él (vr. 2). Hubieron otros que también entendieron esta gran verdad: los hijos de Coré (Salmos 46: 1), David (Salmos 27: 9; 40: 13, 17; 54: 4; 124: 8), entre oros.
3. LA PRIMERA OPCIÓN DE AYUDA
Este salmista primeramente pensó, acudió, se dirigió, se acercó a Dios, antes de pensar y buscar otras alternativas de ayuda como por ejemplo los amigos, la familia, el dinero (por decirlo de una manera): le dio la prioridad de ayuda al creador (Jehová).
Muchas veces nosotros pensamos primeramente en todos y acudimos a todas partes buscando ayuda y a Dios lo dejamos en última instancia. ¡Dios nunca debe ser el último recurso de ayuda, sino el primero (1 Reyes 17: 13; Mateo 6: 33). Recuerde: “Mejor es confiar en Jehová que confiar en el hombre” (salmos 118: 8).
4. LA CONFIANZA EN EL DIOS CREADOR
Muy a pesar de sus interrogantes, circunstancias difíciles, adversas y desfavorables, el salmista necesitaba depositar su confianza en el Dios único y verdadero que podía salvarlo, auxiliarlo, socorrerlo, ayudarlo en ese momento; por eso su fe estaba puesta en el Dios que hizo los cielos y la tierra: en el creador o Rey de la creación (Salmos 33: 6; 89: 11-13; 95: 4, 5; 104: 2-9; 124: 8; 134: 3; 136: 4-9).
Concluyó categóricamente que si Dios con poder hizo algo tan grande como son los cielos y la tierra (el universo), también tendría el poder para ayudarlo, auxiliarlo, socorrerlo, extenderle la mano (ayudarlo), sacarlo adelante y cambiar su situación: “Mi socorro viene de Jehová, que hizo los cielo y la tierra” (vr. 2)…”El señor es quien está junto a mí para ayudarme” (vr. 5b) (DHH). ¿Qué es tan grande como son los cielos y la tierra, que Dios no pueda hacer, realizar? ¿Será que nuestros problemas, dificultades y conflictos son más grandes que los cielos y la tierra que Dios hizo?
A confiar en nuestro creador aun en los momentos difíciles y situaciones extremas, porque vale la pena depositar nuestra fe en Él: bienaventuranza (Salmos 2: 12; 34: 8; 40: 4; Isaías 30: 18; Jeremías 17: 7), salvación y libertad (Salmos 7: 1), no son avergonzados (Salmos 25: 2; Isaías 50: 7, 8), no son condenados (Salmos 34: 22), promesas (Salmos 37: 3, 4; 91: 1-16; Isaías 57: 13), prosperidad (Proverbios 28: 25), nos conoce (Nahúm 1: 7; victoria (Juan 16: 33), misericordia y gracia para el oportuno socorro (Hebreos 4: 16) y mucho más. ¿Vale la pena confiar en nuestro creador (Dios)?
CONCLUSIÓN: Dios es nuestro SOCORRO, AUXILIO, AYUDADOR y debemos demostrarlo a cada momento e instante acudiendo a Él cuando más lo necesitamos. Recuerde que no hay como Dios para ayudarnos (Deuteronomio 33: 7, 26; 2 Reyes 6: 24-29; Oseas 13: 9), Dios se apresura para socorrernos (Salmos 22: 19); la ayuda divina produce gozo (Salmos 28: 7), ayuda a los que en Él confían (Salmos 28: 7; Hebreos 4: 16), Dios se apresura para ayudarnos (Salmos 40: 13; 70: 5), Él es nuestro pronto auxilio (Salmos 46: 1), su ayuda consuela (Salmos 86: 17), Él es poderoso para socorrernos (Salmos 89: 19).
Igualmente la mano de Dios está para socorrernos (Salmos 119: 173), hay una bienaventuranza para los que tienen a Dios de ayudador (Salmos 146: 5, 6), la ayuda divina es ilimitada y la del hombre limitada (Isaías 41: 10; 41: 14; 44: 2), cercano está Dios para salvarnos, ayudarnos (Isaías 50: 7, 8). También es importante resaltar lo que mueve a Dios a ayudarnos: su misericordia (Marcos 9: 21, 22), la fe (Marcos 9: 21-24; Hebreos 4: 16), la búsqueda espiritual (2 Crónicas 14: 4-15; 20: 1-30; 32: 1-8, 20-23), entre otras actitudes.
¡AMÉN QUE SÍ!
Autor: PrediCantor Garys Leandro
Gracias por su palabra, bendiciones.