Un Destellito en las manos de Dios
El Desaliento, Enemigo De La Fe
Un jefe de los escoceses, en la batalla de Sheriff-Muir, cayó herido en el campo. Sus hombres, al ver la situación, vacilaron, y muy pronto el enemigo comenzó a ganar terreno, el viejo caudillo al ver lo que estaba aconteciendo, y a pesar que estaba gravemente herido, se levantó y gritó: “No estoy muerto, hijos míos. Os estoy mirando, y espero que cada uno cumpla con su deber”. Estas palabras sirvieron de estímulo a los combatientes, quienes lucharon aún más allá de sus fuerzas, relató Destellito al momento que tomaba su Biblia.
Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. 1a de Tesalonicenses 5:11.
Sucede muchas veces que alguno está en plena batalla, y pareciera que el enemigo se hace fuerte, y los que conviven junto a él, como los miembros de la congregación, ni se enteran de la situación que está viviendo el hermano o la hermana. La iglesia de Tesalónica lo tenía bastante claro, ellos se alentaban y se edificaban unos a otros, haciéndolo así se mantenían firmes y unidos. Es un ejemplo a seguir por todos, dijo Destellito concluyendo su enseñanza.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org