Burros

Burros

burrosEs cierto, el nombre de este devocional no es muy atractivo, pero esperemos que vayamos entendiendo el sentido de este escrito en la medida que vayamos conociendo más a los señores burros.

El burro es un animal muy peculiar, dentro de sus características está la buena memoria, puede llegar a recordar a otro burro que vio hace 25 años atrás, impresionante para aquellos que vemos a todos los burros iguales. También pueden llegar a vivir más de 50 años y a tener más fuerza que un caballo de su  mismo tamaño. Están orientados a la auto preservación, por lo mismo es muy difícil que hagan algo que les parezca peligroso para su integridad física.

Aunque nos cueste creerlos, los burros también vivieron en el jardín del Edén y Adán tuvo que ponerles un nombre, también sobrevivieron al diluvio universal y ya en los tiempos de Moisés, cuando fueron entregadas las instrucciones para guiar al pueblo de Israel se dio una extraña ordenanza sobre estos animalitos. Por cada cría de burro nacida, los dueños de ese animalito debían sacrificar a un cordero para “purificar” la vida del burro, para que fuera redimido (Éxodo 13:13). Este mandato no existía para ningún otro animal, únicamente para lo burros.

En el contexto histórico, pensando en la época de Moisés, el burro evidenciaba la peor característica del pueblo de Israel: la obstinación. De acuerdo a la real academia de la lengua, la obstinación podría definirse como:

“Mantenerse en su resolución y tema, porfiar con necedad y pertinacia, sin dejarse vencer por los ruegos y amonestaciones razonables ni por obstáculos o reveses”

Con los antecedentes anteriores, Dios nos deja claro que los burros son animales que no gozan de las mejores características ni competencias personales, al menos no son los animales más codiciados ni tampoco lo más sensatos. Son además llamados “bestias de carga”, creo que con ese nombre nos queda claro su estatus.

Con todos los antecedentes anteriores, en Juan 12:12-19 encontramos algo interesante, es como una especie de reivindicación de los burros, puesto que es Jesús mismo el que escoge a este animal para un fin tremendamente importante. Cuando Jesús hace su entrada triunfal a la ciudad lo hace sentado sobre un burrito ¿habías  reparado en ese signo? De todos los animales que pudo haber montado, escogió a un burro, al más vil de los animales. Cuando Jesús monta al burro lo reviste de una importancia tremenda, transportaba al hijo de Dios, a quien venía a cumplir las promesas de Padre.

Jesús es ese cordero que redimió el nacimiento de la cría de un burro, nosotros, los asnitos que muchas veces actuamos obstinadamente. Y en esta escena de la entrada triunfal,  Él, el cordero de Dios, está montado (o  sea por sobre) en  la obstinación de un burro, volviendo a recordarnos que es Él la ofrenda para que ese burro (nosotros) podamos ser usados para grandes cosas, transformándonos LUEGO DE QUE NOS USA en seres nobles, sencillos, con fuerza y manos, guiados por Dios, trabajando diligentemente por hacer la voluntad de Dios.

La pregunta es ¿Estamos dispuestos a ser cargadores/portadores de Cristo como lo fue este burrito de la historia?

Autora: Poly Toro

Escrito para www.destellodesugloria.org

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