El camino antiguo
EL CAMINO ANTIGUO
Lectura: Jeremías 6:16
Por favor cambia tu mente a la forma de la de un niño para que puedas entender la Palabra que Dios tiene para ti hoy.
A veces no bastan muchas palabras para transmitir un mensaje así como no es necesario pasar mucho tiempo para decirle algo a alguien. A veces dos sencillas palabras pueden tener más significado que horas de sermones sin sentido.
Le escribo el versículo de la lectura de hoy porque en verdad vale la pena que lo lea:
“Así dice el Señor: “Párense en los caminos y miren, Y pregunten por los senderos antiguos, Cuál es el buen camino, y anden por él; Y hallarán descanso para sus almas. Pero dijeron: ‘No andaremos en él.’”
He visto muchas cosas en las iglesias que se dicen llamar cristianas que me ponen triste y que ponen a dudar muchos corazones. Creo que no he sido el único, probablemente también usted haya sido testigo de esta realidad: Se recibe con las puertas abiertas al que viene en una camioneta último modelo pero se mira de reojo al que viene mal vestido en un carro viejo y desbaratado (a pie); no reparan en oraciones y bendiciones al que está bien vestido pero al que está mal vestido se lo relega a la última fila y se ora por él por no dejar o por apariencias (si es que lo hacen); se cuentan los diezmos y se considera más líder al que más da para la iglesia que al que tiene poco dinero pero ha puesto todo su esfuerzo para su crecimiento; se hacen eventos que agrupan muchísimas personas y se dice “Gloria a Dios” pero con el tiempo se olvidan a las personas que asistieron a dichos eventos y tienden a retirarse del camino de Dios; importan más la apariencias que la verdad; los líderes juzgan con severidad a los jóvenes que actúan de manera jocosa en la iglesia (no digo que esté bien) y con esos mismos labios mienten y ocultan la verdad de Dios solo por mantener un puesto de privilegio y peor aún si es que la iglesia les ha suministrado un trabajo; las personas no importan, no importan las necesidades del otro, siempre estamos orando “Yo quiero, Yo necesito, Yo espero” y olvidamos que Jesús nos enseñó a orar así: “Padre NUESTRO…”; No llamamos a las personas, no nos interesamos por ellas ni por sus necesidades o angustias y nos creemos muy santos porque desarrollamos proyectos “evangelísticos” que en realidad hacemos para saber que tajado sacamos (no digo que esté mal proyectarnos, digo que casi siempre le damos más importancia a nuestros deseos que a las necesidades del otro); Cuando alguien se equivoca los líderes tienen una mano para levantarlo y decirle “!Ánimo¡, sigue adelante”, pero con la otra tienen listo el cuchillo de la murmuración para enterrarlo; Las reuniones que se hacen parecen más un círculo de politiquería barata o un concurso de popularidad que una comunidad de personas donde está Dios; la verdad es que muchos dicen que Dios está con ellos pero en verdad no lo está porque no viven de acuerdo a su Palabra.
No hablo de todas las iglesias, pues sé que hay iglesias donde Dios sí está presente; pero sí le hablo a los corazones de todos los cristianos sinceros que han desviado el camino y que han dejado el primer amor. Hablo a todos aquellos que al leer estas palabras sienten la misma indignación que yo y que no dicen en su corazón “Yo no hago nada de eso” sino que reconocen que también se han equivocado y que se les ha olvidado lo principal: La misericordia, la verdad y la justicia. Doy gracias a Dios por todas las iglesias y corazones que están sanos delante de Dios y oro porque esa sanidad permanezco y que el fuego del Espíritu Santo nunca se apague en ellos(as); pero a aquellos que reconocen que están enfermos y a quienes el Espíritu Santo haya hablado a su corazón les digo lo siguiente:
DIOS QUIERE QUE VOLVAMOS AL CAMINO ANTIGUO; ESTO ES A LA MISERICORDIA.
Dejemos de lado tanta política barata en las iglesias y tantos resentimientos y luchas por el poder y empecemos a enfocarnos en lo que Jesús nos enseñó: El amor por el otro.
Es tiempo de reconocer que nos hemos alejado del camino de la misericordia y lo hemos vendido por un mundo de religiosidad y de mentir que no dista mucho del mundo del cual tanto hablamos y que tanto juzgamos en los sermones y en las pláticas diarias (Si me permiten, pienso que es peor).
Sé que es tiempo que volvamos a Dios, que recordemos lo que significa la misericordia, que indaguemos en la Palabra, que busquemos la presencia de Dios y que dejemos de lado nuestro ego y empecemos a vivir una vida de misericordia y de amor verdadero.
QUE DIOS TE BENDIGA
“Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos,
Ni estuvo en camino de pecadores,
Ni en silla de escarnecedores se ha sentado;
Sino que en la ley de Jehová está su delicia,
Y en su ley medita de día y de noche.
Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas,
Que da su fruto en su tiempo,
Y su hoja no cae;
Y todo lo que hace, prosperará”
Salmo 1:1-3
Autor: Juan Felipe Caro Valencia
Escrito para www.destellodesugloria.org