La empatía prepara el escenario para un milagro de Dios
La empatía prepara el escenario para un milagro de Dios
Recuerdo especialmente una noche, cuando era niño, que mi madre nos sirvió la mesa, después de un día de trabajo muy duro. Esa noche, ella puso un plato con fiambres y algunas tostadas bastantes quemadas frente a mi padre. Recuerdo haber esperado un poco, para ver si papá notaba ese hecho. Todo lo que mi padre hizo fue tomar su tostada, sonreír y preguntarme cómo había sido mi día en la escuela. No recuerdo lo que le respondí, pero recuerdo haberlo mirando untando la tostada con manteca y jalea y saboreando cada bocado. Cuando me levanté de la mesa, aquella noche, escuché a mamá disculpándose por haber quemado las tostadas.
Nunca me olvidé de la respuesta de papá «estuvo rica la cena».
Más tarde, cuando le fui a dar el beso de buenas noches a papá, le pregunté si realmente le habían gustado aquellas tostadas.
Él me tomó en sus brazos y me dijo: “Hijo, tu madre tuvo un día de trabajo muy pesado y estaba realmente cansada… Además de eso, una tostada quemada no le hace mal a nadie. Tampoco yo soy el mejor marido, el mejor cocinero, ni siquiera el mejor padre, aunque intente serlo todos los días”.
He aprendido a través de los años, que saber aceptar las fallas ajenas y minimizar las diferencias, es una de las llaves más importantes para crear relaciones saludables y duraderas. Las personas se olvidarán de lo que les hagas o de lo que les digas, pero nunca se olvidarán el modo en el cual las hiciste sentir.
Empatía es sentir lo mismo que el otro, meternos en el otro y dejar que el otro se meta en nosotros. Timoteo dice: “en lo últimos tiempos no va a haber empatía”, va a haber gente más narcisista y más psicópata (cosifican al otro).
La empatía prepara el escenario para el milagro de Dios. Jesús un día le dijo a sus discípulos: “denles vosotros de comer”, tuvo empatía, sintió el hambre de esa gente. Cuando la viuda iba a enterrar a su hijo, Jesús la vio y paró el féretro y le ordenó al joven que se levantara. Vio el corazón de esa mujer, sintió su dolor y sintió su tristeza.
Qué no es empatía:
“yo sufro más que vos”: eso no es empatía es manipulación (dice: “yo no soporto que vos sufras más que yo).
“yo te ayudo a vos más de lo que vos te ayudas”: se preocupa más del tema del otro, de lo que el otro se tiene que ocupar, eso es exigencia. Trata de controlar eso haciendo más cosas.
“siento que no me entiendes”: no tienen autocritica, que estoy expresándome mal que tendría que cambiar.
“No me importan los otros”: el narcisista no tiene empatía “porque solo existe él”. Hacen una catarsis, exteriorizan sus emociones “se descargan con otros”. Invasión: te cuentan cosas que a vos no te interesan.
¿Qué es empatía?
Sentir lo que siente el otro y actuar inteligentemente. El samaritano que ayudó al que había sido robado y golpeado “fue movido a misericordia”: eso es empatía.
Jesús le estaba contando esta historia a un fariseo y cuándo Jesús le preguntó: “¿quién te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de ladrones?” el fariseo no lo pudo ni nombrar (porque era samaritano) solamente dijo: “el que usó de misericordia”.
El hombre que había sido maltratado venía de Jerusalén y descendencía a Jericó que está a 30 kilómetros debajo. Venía de adorar para luego encontrarse con la dificultad.
Nunca vayas a la batalla si primero no empezaste buscando del Señor, orando y leyendo la Palabra de Dios.
El hombre buscó a Dios primero y el samaritano lo ayudó. El diablo va a venir a robarte las promesas que son las que te dan las bendiciones; si te roban el auto, las promesas te lo devolverán otra vez, eso sucederá, siempre y cuando el diablo no te robe las promesas.
Nunca respondas al escenario de la gente mala, ellos lo preparan para lastimarte. Hay que cambiar el escenario: “lo hablamos pronto” aunque te digan: “no mañana” porque la gente mala prepara el escenario para mañana. Los que insultan por email es porque no se animan a hacerlo cara a cara.
Al hombre le robaron la ropa y le golpearon. Cuando te roban primero te pegan, acá fue al revés. Porque tu ropa es tu consagración a Dios, no tienes que dejar que el diablo te robe tu consagración a Dios.
El Salmo 15 dice: ¿quién entrará a tu santuario? el de manos limpias y un corazón puro. El robo trae muerte, robar es falta de fe porque no crees que Dios te puede prosperar de verdad.
Es mejor que no te dejen entrar a un lugar, (puedes mentir y entrar) pero poder entrar en el santuario de Dios.
Lo dejaron “medio muerto”: el diablo siempre comete un error, no tiene poder para matarte, o sea si aún estas “medio vivo”, eso Dios lo usará para sanar lo medio muerto.
Los sacerdotes y levitas: representan a aquellos que están llenos de palabras y conocimiento, pero que no actúan. “no amemos de palabra ni de lengua sino de hecho y en verdad”.
El samaritano vendó las heridas del hombre: estamos llamados a aliviar el dolor de nuestro prójimo, con palabras de validación y con acciones de amor. Lo puso sobre el caballo: nunca pongas a la gente encima de ti, si lo cargaba sobre sus hombres se morirían ambos. Ni te pongas en los hombros de nadie, échate sobre el Espíritu Santo. Lo llevó al mesón, al hotel: como si tú lo llevaras a la iglesia, estamos para terminar de ayudar al que está destruido. Siempre va a haber gente lastimada, y siempre va a aparecer alguien que lo abrace y lo acaricie.
Autora: Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org
me ha gustado este articulo y si mucha gente practicara el ser empatico,tendriamos en la vida armonia.