Jesús rescata de las tinieblas

Jesús rescata de las tinieblas

“Pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».”

Romanos 10:13 (Nueva Traducción Viviente).

Hoy me parece una historia lejana y hasta pareciera que yo no le viví. Hablo de la época oscura en la cual me encontraba perdido y mi salud nerviosa y mental fueron afectadas por el alcoholismo. En aquel entonces la tumba trató con todas su fuerzas llevarme a sí, las tinieblas pensaron que me abrazarían para siempre, y el enemigo pensó que había detenido la obra de DIOS en mí. Pero, Jesús apareció, perdonó mis pecados, me lavó con Su sangre y paulatinamente me restauró. El poder del Espíritu Santo me levantó y vivificó. Con Su poder juntos derribamos todos los obstáculos que trataban de impedir que recibiera mi bendición completa. Jesús me llevó a Su Iglesia y ahí me dio un nuevo y mejor corazón, los suyos me cobijaron y enseñaron acerca del amor verdadero, ahí fui santificado y DIOS me regaló a mi Esposa.

El poder de Jesucristo puso al enemigo debajo de mis pies, arrancó de mi alma la culpa y el  pecado que ataban mis alas. Cuando me encontré en las tinieblas parecía que ya no existía salida, era un yugo de hierro inquebrantable para mí, el enemigo me atormentaba, pero cuando clamé a Jesús Él vino y me sacó de ahí. Y hoy aquello que tanto daño me hizo se ve insignificante ante Jesús y todo el bien que me ha hecho.

Si tú te encuentras en un lugar oscuro y no encuentras salvación, clama a Jesús y te responderá. Jesús tiene todo el poder para salvar, el enemigo y las tinieblas le tienen pavor a Su sangre.

Si tú quieres ser libre y tener en Jesús un nuevo comienzo, haz conmigo esta oración:

“DIOS, perdona mis pecados. Reconozco que Jesús es el Hijo de DIOS y pagó por todos mis pecados. Señor Jesús, lávame con tu sangre preciosa. Libérame de lo que ha sido mi aflicción.  Entra en mi corazón y sé el Señor de mi vida. Envía tu Espíritu Santo sobre mí para que me llene de tu poder,  me ayude a hacer tu perfecta voluntad y me restaure. Oro esto, en el nombre de Jesús, Amén.”

Autor: Richy Esparza

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