Paso de vencedores, de la mano del Todopoderoso
PASO DE VENCEDORES, DE LA MANO DEL TODOPODEROSO
Escrito por Lilo de Sierra
“Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito”
(Romanos 8:28 NVI)
Para ponerlos en contexto, les comparto éste video producido en homenaje al Ejército Nacional de mi País https://www.youtube.com/watch?v=bn1_fEOBFl4.
Como soldados del ejército de Dios en el campo de batalla, esquivamos el ataque del enemigo, quien a discreción, lanza balas y bombas, dispuesto a acabar con nuestra vida, robar y destruir nuestras bendiciones.
Cuando hiere tu corazón y éste se rompe en mil pedazos, te duele, sientes desfallecer y nada tiene sentido. Existen personas que ponen etiquetas en ti, que creen saber qué sientes, qué piensas, qué necesitas, te humillan y te desprecian, pero antes de rendirte, te presento las armas infalibles, para que con paso de vencedores y de la mano del creador, ganes la guerra y salgas ganador absoluto de las mil y una batallas que tendrás que librar:
- Somos únicos(as) para Dios: “Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido; antes de que nacieras, ya te había apartado; te había nombrado profeta para las naciones.” (Jeremías 1:5 NVI). Eres real sacerdocio, tienes una misión en ésta tierra, fuiste predestinado, tienes un llamado que cumplir.
- Eres especial, su hijo(a) amado(a), y por eso se esmera en hacerte feliz: “Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia” (Colosenses 3:12-17). Lo importante no es lo que los demás digan de ti, el único que puede decir quién eres, es aquel que conoce hasta el último de tus cabellos, Él sabe lo que guardas en tu corazón, Él determina tu valor. Entregó su vida por ti, derramó hasta la última gota de sangre de su cuerpo por salvarte, y su muerte no fue en vano, porque con ella, te hizo heredero(a) de su gracia.
- No eres invisible para Dios. “Porque el Cordero que está en el trono los pastoreará y los guiará a fuentes de agua viva; y Dios les enjugará toda lágrima de sus ojos.”(Proverbios 7:16-17), Cada una de las lágrimas, que salen de tus ojos, son para el Señor piedras preciosas, en estos momentos, Él está sentado a tu lado, te abraza, te consuela y sana tus heridas con su amor.
- Pon tu mirada en la bendición: “Pon la mirada en lo que tienes delante; fija la vista en lo que está frente a ti” (Proverbios 4: 25-27 NVI). No importa lo que pase, no mires hacia atrás. Analiza tu presente, reflexiona sobre lo negativo y lo positivo, si lo deseas, escríbelo en hojas separadas, rompe o quema lo negativo y en oración entrégaselo al Todopoderoso, para que sea Él, quien actúe en aquello que no puedes cambiar. Lo positivo, te pertenece, se tu quien con espíritu de guerrero(a) te lances a hacer de tu mundo, un mundo diferente cubierto por Cristo en todo momento, te aseguro que Él no falla, no te abandona, no te rechaza, ni te desprecia, sino que hace de ti un tesoro deseable para su reino.
- Quiere lo mejor para sus hijos. “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes —afirma el Señor—, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11 NVI). Aunque te encuentres en medio de una gran tormenta, aunque el suelo que pisas, sean arenas movedizas, te sientas atrapado(a) y no entiendas el porqué de las cosas, Dios tiene un propósito, un plan divino para ti, y al final proveerá a tu vida lo que necesitas y nunca más te sentirás solo(a) o derrotado(a).
- Te ha ordenado ser fuerte y valiente: “Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas” (Josué 1:9 NVI). Que el temor, la sed, el hambre, la zozobra, los pensamientos de derrota, no te paralicen; perseverancia, persistencia y fe en la causa, por tu matrimonio, tus hijos, tu familia, tu futuro y tu país, paso de vencedores, ¡esa es la actitud!.
Anhelo ver que hay detrás de todo lo que hoy vivo, quiero saber, qué hay para mí al otro lado del desierto. No me rendiré, creo que puedo, porque el Señor ha prometido librar la batalla por mí, declaro transformación, cambio, sanidad, amor verdadero y paz en mi vida y en la tuya.
Ten la certeza que el enemigo está vencido, ¿Si Dios contigo quien contra ti?
«¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas?.
Romanos 8:31 NVI
Escrito para www.destellodesugloria.org