La esposa debe ser gloria y corona para su esposo
La esposa debe ser gloria y corona para su esposo
Diez decisiones que alegrarán el espíritu de aquellas esposas que en realidad buscan honrar al Dios Altísimo, el Gran Yo Soy; y en segundo lugar, a sus esposos por amor a nuestro Señor Jesucristo.
1. Decido sujetarme a Cristo y obedecer su mandato: decido someterme a mi marido. (Efesios 5:22).
2. Decido respetar el liderazgo que el Señor ha entregado a mi esposo para gobernar mi hogar, sus opiniones siempre serán más importantes que las de cualquier otra persona. (Efesios 5:23).
3. Decido serle fiel a mi esposo, vestirme con decoro y comportarme dignamente, en todo momento y en todo lugar lo honraré. Que mi adorno sean las buenas obras que haga por amor a Dios. (1 Timoteo 2:9-10).
4. Decido edificar mi casa con la sabiduría de Dios, sobre la cimiente, la roca firme “Jesucristo”. (Proverbios 14:1).
5. Decido ser prudente, casta, cuidadosa de mi casa, buena, servidora de mi marido, para que la palabra de Dios no sea blasfemada. (Tito 2:5).
6. Decido consultar cualquier decisión que pretenda tomar con mi esposo, así caminaremos en común acuerdo. (Amós 3:3).
7. Decido mantenerme alerta, sin desanimarme, ser vallado de mi esposo por medio de la oración, guiada por el Espíritu conforme la voluntad de Dios. (Efesios 6:18).
8. Decido mantenerme bella y atractiva para mi esposo, mi cuerpo le pertenece a él, decido complacerlo en la intimidad sin desviarme de la instrucción del Señor; sin perversidad e inmoralidad sexual, sin mancilla. (1 Corintios 7:3-5, Efesios 5:3).
9. Decido ser una mujer ejemplar, gloria y corona para mi esposo. (Proverbios 12:4).
10. Decido enamorarme cada día de mi esposo, el regalo precioso que Dios me ha regalado para disfrutar del amor que Él nos concede en Cristo Jesús.
Cuando un esposo está sometido a Jesucristo, tomar estas decisiones y cumplirlas no es un sacrificio, es un deleite. Gloria a Dios por mi esposo y por los demás esposos que viven alineados a la palabra de Dios, amando a sus esposas como a su propio cuerpo, cuidándolas y protegiéndolas, proveyendo y respondiendo como todo un varón de Dios.
La mujer refleja la gloria del hombre (1 Corintios 11:7).
“Si tienes esposo, que se te note; no lo avergüences con tu mal comportamiento”
Autora: Marisela Ocampo Otálvaro
Escrito para www.destellodesugloria.org