Dios está a tu lado

Dios está a tu lado

Esta mañana, mientras atravesaba por un momento en que ya no sentía la fuerza, en el que solo podía pensar en el dolor, y las lágrimas brotaban sin control mojando mis mejillas, en medio de ese sentimiento de impotencia, ante mi necesidad, meditaba en estas preguntas que normalmente le hacemos a Dios: ¿Porque no vienes y me dices que es exactamente lo que tengo que hacer?, ¿Porque no escucho tu voz?, tal vez si te escuchara, no estaría pasando por esto ahora, ¿Porque no solo puedo escucharte y ya?. Y es que a veces es tanta la desesperación y la necesidad de una respuesta, que solo nos dedicamos a llorar, y mientras lo hacía, permanecía callada solo llorando en la presencia de Dios, venían estas palabras que sé que llegaran a alguien en especial: Hij@, he estado a tu lado desde antes que llegaras a este mundo, he intentado hablarte, pero encerrad@ en tu dolor no me escuchas, te he mostrado mis palabras, pero tu mente ocupada en tus problemas no te permite comprender lo que te digo, he estado al lado tuyo y tu dolor no te permite sentirme , ahora respóndeme tú, ¿Acaso no te he dicho que estaré contigo todos los días hasta el fin del mundo? ¿No te he dicho que si crees verás la gloria?, ¿ no has entendido que al que cree todo le es posible? ¿Qué más tendré que hacer para que veas cuanto te amo y cuanto me preocupo por ti?

Cuantas veces Dios se acerca a nosotros y no lo vemos, cuantas veces seca nuestras lágrimas y ni siquiera lo sentimos, cuantas veces estamos a solo un paso de llegar a donde están sus brazos extendidos para darnos ese amor que es tan necesario en ese momento.

A veces, la respuesta está ahí, esperando que guardemos un poco de silencio para poder escucharla, tal vez hay momentos en los que es tanta la necesidad de escuchar, que solo pedimos la respuesta y no nos damos la oportunidad de escucharla.

Hoy esa voz te dice: «hijo mío está atento a mis palabras, inclina tu oído a mis razones, no se aparten de tus ojos, guárdalas en medio de tu corazón, porque son vida a los que las hallan y medicina a todo su cuerpo». (Proverbios 4:20-22)

Ahora, solo por un momento cierra tus ojos y pídele al Señor que inunde tu vida de su presencia, esta vez no digas nada, solo siéntelo, siente ese abrazo que tanto necesitas, olvídate por un momento de tus problemas, deja que esa voz tierna y dulce te hable al oído, escucha su respuesta, cambia tu dolor por un momento a su lado.

«Deléitate en el Señor y Él te concederá las peticiones de tu corazón, encomienda al Señor tu camino, confía en Él y Él hará»

(Salmo 37:5)

Él secará tus lágrimas, es más ahora mismo, está a tu lado haciéndolo…

Autora: Maite Leija

Escrito para www.destellodesugloria.org

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