Diecinueve Años de Celebración en los que Hemos Visto Tú Gloria

Diecinueve Años de Celebración en los que Hemos Visto Tú Gloria

19-anosComo son las doce de la noche en el momento en que escribo esta reflexión, puedo decirles que hoy es un día muy especial para mi familia y para mí. No es nuestro cumpleaños, tampoco es el aniversario de bodas de mis padres. Pero es especial porque un 20 de noviembre de 1990, Dios llamó a mis padres al ministerio pastoral. Y hay un gozo grande en nuestros corazones porque Dios nos ha dado el privilegio de poder llegar a las vidas a través del poder y de la Palabra de Dios. Hemos sido testigos de su grandeza y de su gloria. Hemos visto que aunque los gigantes se han levantado, Jehová ha ido adelante peleando la batalla y dándonos la victoria. Ha sido un aprendizaje y una vivencia tan profunda que no hay palabras que puedan describir el sentimiento que hay dentro del corazón.

Porque es que uno aprende a amar de manera especial a cada una de las personas que Dios te permite conocer, pastorear y ministrar. Ver sus progresos, compartir sus alegrías y tristezas. Llorar e interceder cuando las pruebas quieren hacerlos sucumbir. Dios es tan real y tan maravilloso. Puso su mirada sobre nosotros como familia. Entre tanta gente que pudo haberlo hecho aún mucho mejor que nosotros, él se plació en escogernos, marcarnos y señalarnos. Y es un privilegio y una responsabilidad muy grande. Y sólo le pedimos a Dios que nos dirija, que nos ayude a mostrar su amor. Que así como él nos hizo a su imagen, podamos ser conforme a su semejanza para que las vidas puedan ser tocadas, restauradas e impactadas.

Recuerdo que yo tenía unos 9 años, cuando papi y mami fueron instalados en la primera Iglesia. Recuerdo que me dieron una parte y canté: “Todo a Cristo yo me rindo con el fin de serle fiel para siempre quiero amarle y agradarle solo a él. Yo me rindo a él, yo me rindo a él. Yo le entrego alma y cuerpo quiero serle fiel…”. Y es mi clamor continuo al Señor vivir una vida rendida ante su presencia y a sus pies. Que cada éxito siempre nos acerque más a él. Que nuestra dependencia a él crezca con cada cosa buena que pase.

A veces los feligreses no tienen idea de la forma en que pueden ser tan queridas y protegidas. Se aman tanto las ovejas, dan tantas sorpresas y satisfacciones. En lo personal y no soy la pastora (así que imagínese mi papá), me gozo cada vez que salgo y me encuentro con niños que ahora son jóvenes. Chicos y chicas que ahora están casados y ocupando lugares de liderato. Ahora algunos son maestros, presidentes de jóvenes, profesionales, padres, madres, cantantes, evangelizan, etc. Entonces pienso y le digo a Dios: “Ha valido la pena cada cosa que hayamos tenido que pasar si tú poder ha sido perfeccionado en nuestras vidas y hemos podido ser siervos a tú servicio.

Por eso hoy mis queridos lectores es un día especial para mi familia y para mí. ¿Qué más puedo decirles? A los pastores y líderes que amen a sus ovejas y las cuiden con el mismo amor que Dios lo hace cada día por ustedes y por nosotros. Que no descuiden el don que hay en ustedes. Que Dios es fiel en cumplir sus promesas y que aunque las cosas parezcan difíciles los llevará a la victoria si son fieles. Que aunque hay lágrimas y muchos momentos difíciles, viene también el gozo y la fortaleza de Dios. No desmayen y mucho menos abandonen. A los que tienen llamado para en algún momento ejercer este bello ministerio, que lo valoren y atesoren. Que no duden y que pidan al Señor siempre sabiduría, unción y más que nada amor. Porque si tienen estás cosas, si aprender a sentir con el corazón de Dios podrán ver muchas cosas que a simple vista no se ven.

A Dios solo le puedo dar infinitas gracias. Estoy tan conmovida de ver como ha sido su trato con nuestras vidas. No deja de maravillarme nunca, su gracia insondable. Él es lo mejor que ha pasado en mi vida y en la de los míos. «Señor aquí esta tú hija con un corazón humillado, agradecido y sin reservas ante ti para que sigas utilizándola. ¡Haznos, oh Señor un reflejo de tu amor! Gracias por todo los que has hecho durante estos 19 años y aún antes donde nos estabas preparando y guardando para lo que venía. Gracias por lo que haces cada día porque es increíble e inexplicable. Gracias por lo que seguirás haciendo porque ha de ser glorioso y hermoso. Danos sabiduría para hacer lo mejor y lo agradabe delante de ti. Hermanos queridos hacia adelante siempre, para atrás ni para coger impulso.

En el amor del Señor,

Autora: Brendaliz Avilés

www.devocionaldiario.com y www.destellosdesugloria.org

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Blog de Brendaliz: https://escritosdelsilencio.blogspot.com/

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