Halloween su Historia

TEMA: «GUERRA ESPIRITUAL, HALLOWEEN»

TEXTO: EFESIOS 6: 10-12

INTRODUCCIÓN:
Cuando nos convertimos a Jesucristo pasamos a formar parte de su ejército y como tal, debemos de tener bien claro de que nos veremos envueltos en batalla constantemente. A tales efectos somos enseñados, entrenados y preparados, no para alcanzar la victoria, sino para mantenerla. Ya el Señor la ganó; nos corresponde permanecer en ella.
Siendo la lucha una espiritual, también nuestras armas son espirituales. No peleamos en contra de la gente, sino contra aquél que les utiliza para hacernos la guerra. No te atrevas a enfrentarlo en tu propia astucia y con tus propias fuerzas, pues vas a salir trasquilado. Enfréntate a Él con la armadura de Dios bien puesta en su sitio, y atrévete, como hizo David, a retarlo en el nombre del Señor de los Ejércitos.

HALLOWEEN, SU HISTORIA
La celebración del Halloween se inició en los Estados Unidos alrededor del año 1845. Existen indicios de que antes de esa fecha los peregrinos que llegaron a ese país provenientes de Europa habían prohibido dicha celebración; pero en el año 1845, miles de inmigrantes irlandeses inundaron Nueva York a causa de una escasez de papas. Fueron ellos los que trajeron consigo una vieja fiesta religiosa de los sacerdotes galos llamados «druidas», la cual gradualmente se propagó por el resto del país.
La celebración original no era llamada por su nombre actual de Halloween; empezó mucho antes de la era cristiana entre los antiguos celtas (bretones, galos, escoceses e irlandeses). El fin del verano marcaba el inicio del Año Nuevo Céltico; éste se celebraba ofreciendo sacrificios al «Señor del Cielo y de la Tierra»: Samhain o Saman. La celebración se constituía en un día festivo llamado la «Vigilia de Saman». La imagen de ese dios pagano era la de un esqueleto sosteniendo una hoz o guadaña en su mano que más tarde llegó a ser conocido como La Muerte.
El 1º de noviembre era la fecha en que los celtas celebraban el Día de la Muerte. Por esa época las hojas de los árboles caían, oscurecía más temprano y las temperaturas bajaban. Ellos interpretaban estos fenómenos estacionales como un decaimiento de su dios sol, el cual pensaban ellos, estaba perdiendo fuerza porque Samhain lo estaba subyugando. Adicionalmente ellos creían que el día anterior, el 31 de octubre, Samhain se reunía con los espíritus de todos los que habían muerto el año anterior. Estos habían estado confinados a habitar en cuerpos de animales durante todo un año como castigo por sus malas obras, y en la víspera de la fiesta, el 31 de octubre, se les permitía regresar a sus antiguos hogares a visitar a los vivos. Para proteger a éstos, el sacerdote dirigía a la gente en ceremonias de adoración diabólica en las que eran quemados como ofrenda caballos, gatos, ovejas negras, bueyes y seres humanos, para apaciguar a Samhain y evitar que los espíritus de los muertos los lastimaran.
Los Druidas o sacerdotes, eran ministros quienes asimismo realizaban sacrificios humanos como ofrendas que servían para apaciguar la ira de los dioses. «La Vigilia de Samhain» era pronunciado en la primera Bretaña So-wein. En un intento de cristianizar este día de adoración pagana, en el año 800 la Iglesia Romana movió el Día de Todos los Santos del mes de mayo al 1º de noviembre. En inglés este día se llama el «All Hallow’s Day» que pronto se acostumbró llamar «All Halloween», y que pronto fue abreviado a Halloween que hoy en día conocemos. Los satanistas establecieron entonces la noche anterior, el 31 de octubre, como la noche de «Todos los Demonios», para que estos penetraran la noche anterior, consagrándola mediante hechizos, maldiciones y horrores.

ORIGEN DE LOS DISFRACES
La noche del 31de Octubre los druidas fabricaban una enorme fogata de año nuevo. Quemaban animales, cosechas y seres humanos como sacrificios a su dios sol y a Samhain, su dios de la muerte. Durante esta ceremonia diabólica la gente usaba disfraces hechos de cabezas y pieles de animales. Entonces practicaban adivinación, saltaban sobre las llamas o corrían a través de ellas, bailaban y cantaban. Todo esto era hecho para ahuyentar a los malos espíritus. Los disfrazados iban de casa en casa, cantando y bailando. Sus máscaras con sangre coagulándose y sus grotescos disfraces servían para verse ellos mismos como espíritus malignos, y así engañar a los espíritus que entrarían ese día y evitar ser lastimados por ellos.

TRATO O TRUCO
Si por alguna razón alguien olvidaba disfrazarse o no podía engañar a los demonios vistiendo pieles de animales u otros disfraces, había una forma de exorcizarlos: haciendo con ellos un trato de comida y fruta y proveyendo al espíritu errante de albergue para la noche. Si el demonio quedaba satisfecho con su trato, no le harían truco arrojándole un hechizo maligno que le causara estragos. Los druidas en Irlanda recorrían los vecindarios y alrededores la noche del 31 de octubre para colectar ofrendas a Satanás. Ellos cargaban linternas, bolsas de dinero y varas de caña puntiagudas. En cada casa demandarían un específico importe. Si el dueño de la casa no daba la ofrenda, el druida castraría al humano con la vara o a uno de sus preciados animales. Años después, los granjeros irlandeses, emulando la costumbre druida de antaño, iban casa por casa rogando por comida para sus antiguos dioses. Buena suerte era prometida a todo aquel que donaba, pero amenazas eran hechas contra aquellos que no daban.

EL HALLOWEEN HOY EN DÍA
No es difícil reconocer las similitudes entre las antiguas celebraciones de los celtas y sus sacerdotes paganos, con las costumbres aparentemente ingenuas de la celebración del día de Halloween de nuestros días. Los disfraces, aunque hoy son más variados y no solamente se utilizan cabezas de animales, son un fiel reflejo de la antigua costumbre. Asimismo lo son las visitas de casa en casa pidiendo dulces y la frase que utilizan de «truco o trato» con la amenaza de hacer travesuras a aquellos que se atreven a no dar lo que se les pide. Estas celebraciones parecieran ser inofensivas y hasta simpáticas. El comercio y la sociedad las han aceptado y son ampliamente publicitadas. Hay todo un movimiento social que organiza celebraciones en casas, fiestas en clubes, los establecimientos comerciales adornan con motivos alusivos a prácticas ocultas, y aún los sectores más radicales de la cristiandad guardan silencio ante una práctica que ya no solo es exclusiva de la sociedad norteamericana, sino que ha llegado a Latinoamérica como un producto de importación más de la sofisticada sociedad de consumo norteamericana. ¿Qué daño podría haber en Halloween? Mas sin embargo puede ser un día dañino y peligroso.

EL DAÑO DEL HALLOWEEN
Sin pecar de fanatismo, es necesario que revisemos los significados y las consecuencias que trae para nosotros, nuestras familias y la sociedad, la celebración del Halloween. Son varios los aspectos que debemos estudiar pero al menos aquí trataremos tres de ellos.

Halloween enfatiza la violencia y la muerte. El 6 de Enero de 1988 en California, la conocida periodista Ann Landers escribió una columna titulada «Los padres deben atacar la violencia». En ella se relataba un episodio en el que una maestra de cuarto grado les pidió a sus estudiantes escribir un breve ensayo de lo que más les gustaría hacer en Halloween. El 80 % de sus estudiantes de 9 años de edad expresaron que desearían «matar a alguien». Estas ideas los niños las han sacado de la TV y Halloween está desensibilizando a nuestros niños con la glorificación de la violencia, muerte, mutilación y sangre. Considere por un momento las películas «Pesadilla en la calle del Infierno», «Halloween» y «Viernes l3». Éstas son muy populares para ser vistas en la fiesta de Halloween. En estas películas se expone el sadismo, la violencia sexual, satanismo, tortura, mutilación y los más extraños asesinatos que lleva inconscientemente a nuestros niños a copiar esos comportamientos.

Halloween enfatiza el horror y el miedo. Para un niño una visita a una «casa embrujada» creada para Halloween podría ser una pesadilla. El psicólogo Marvin Berkowitz, de la Universidad de Marquette dijo: «Algunas casas embrujadas pueden incluso espantar a un adulto; los niños deberían entrar a ellas con un correcto estado mental» y recomienda que los padres «deben hacerle saber al niño que puede ser traumatizado con una experiencia como ésta». Un trágico producto del miedo, en la vida de los niños a temprana edad y en la adolescencia, es el interés muchas veces descontrolado de involucrarse en los fenómenos sobrenaturales de lo oculto.

Halloween enfatiza lo oculto. Halloween es dañino porque atrae las personas a lo oculto. Muchos niños son introducidos a prácticas ocultistas en las fiestas del Halloween, y atraídos a lo oculto por el poder que les ofrece. Otros lo ven como el mayor significado de la rebelión contra los padres. Personas que nunca se involucrarían en prácticas ocultistas en otro tiempo, lo experimentarán en fiestas de Halloween con sesiones, tablas de Guija, levitación y otros rituales. Hace algunos años se detectaron instrumentos corto punzantes en las golosinas. Estadísticas reportan un incremento en las desapariciones de niños durante las fechas próximas a la celebración del Halloween (los satanistas realizan sacrificios humanos en esa celebración).

Halloween es un día siniestro con raíces ocultistas. Es un día que honra a dioses falsos, demonios y a Satanás. A los cristianos que creemos en la Biblia como la palabra revelada de Dios a nuestras vidas, se nos instruye con las siguientes palabras: «…y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas.» Efesios 5.11

I. PERSPECTIVAS CRISTIANAS AL HALLOWEEN
Desde una perspectiva cristiana, la celebración del Halloween no honra a Cristo. Sin embargo en nuestros días es más celebrado que nunca. Muchos adultos Ven esa noche como la única del año en que ellos pueden disfrazarse y actuar tontamente. Pero mientras niños y adultos imitan inocentemente las costumbres celtas, aún mayores prácticas persisten. Las brujas y los satanistas aún consideran Halloween como una de las épocas más fuertes del año para lanzar un hechizo. En Halloween la mayoría de los que practican la brujería participan de un ritual llamado «bajando la luna». En este ritual, según ellos, la bruja principal de la convención se convierte en un canal para la diosa luna. Las brujas y los satanistas son, por supuesto, una pequeña minoría. Pocas personas que celebran Halloween hoy en día alguna vez piensan en la oscuridad que sobrecoge a la mayoría de las prácticas del Halloween.
Una alegre niña disfrazada con un sombrero negro de punta y su respectiva vestimenta, difícilmente piensa en la muerte o en los espíritus de los difuntos. Ella piensa en dulces y diversión. Ella está entusiasmada con su disfraz especial. Y espera con ansias el peregrinaje casa por casa.
Los comerciantes también se anticipan al 31 de octubre, la venta de dulces, disfraces, decoraciones y golosinas para fiestas hacen al Halloween una de las temporadas con mayores ventas en el año.
El apóstol San Pablo escribió: «Todo me es lícito». El se refería en esa ocasión a la libertad que tenemos de comer, inclusive lo sacrificado a los ídolos, ya que después de todo, los poderes sobrenaturales que se pretenden desatar en la celebración no tienen potestad sobre aquellos que pertenecen a Cristo. Pero a continuación de esa frase Pablo añade otra: «todo me es lícito mas no todo me conviene.» (1 Cor. 8.9). Por tanto es a la luz de esto que los cristianos necesitan examinar cómo celebran el Halloween.

LO QUE PUEDE NO LASTIMARLE A USTED, PUEDE LASTIMAR A OTROS
Pablo dijo que no dañaría a un cristiano comer carne sacrificada a los ídolos. Después de todo los dioses paganos a los que se les había sacrificado no eran dioses reales. En la misma luz, él probablemente diría que a los cristianos no se les prohíbe disfrazarse, o ir de trato o truco o asistir a fiestas de Halloween.
Después de todo, «sabemos que un ídolo nada es en el mundo, y que no hay más que un Dios» (1 Corintios 8.9). Pero nos amonestó a que nuestra libertad «no venga a ser tropezadero para los débiles». Durante el Halloween los niños en particular son los débiles. Podríamos estar abriendo a nuestros hijos a las influencias del ocultismo. Además los cristianos nos encontramos eternamente en las manos del Señor, pero eso no es verdad en la mayoría de las personas a nuestro alrededor. Nosotros que hemos encontrado la vida en Jesús, deberíamos tener cuidado que nuestra libertad no impida a otros encontrar la misma vida eterna.

LO QUE DICE LA PALABRA DE DIOS
La Biblia nos alienta siempre a tener «puestos los ojos en Jesús». En esa noche del año, la mayoría de los ojos no están puestos en Jesús sino en una imagen siniestra. La profesión de fe del cristiano lo lleva a la vida eterna, a un gozo que no tiene sombras. ¿Deberíamos realmente enfocarnos en el diablo, brujas y otros seres malignos, aún por una sola noche?
La Palabra también dice: «No seas hallado en ti quien… practique adivinación, ni agorero, ni sortilegio, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos» (Deut. 18.9-11) y también: «y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, sino más bien reprendedlas».
Si nuestros hijos se visten de brujas y hechiceros, si colgamos adornos de fantasmas en nuestras ventanas, ¿qué hacemos, sino imitar lo maligno? Necesitamos aclarar como cristianos que las brujas y los malos espíritus no son divertidos ni inofensivos, sino representaciones de una realidad: que el reino de las tinieblas trata de atraerte hacia él, alejándote de la verdadera fuente de vida que es Jesucristo.

ALTERNATIVAS CRISTIANAS
La celebración del Halloween es dañina y no glorifica a Dios. Debemos compartir esta convicción con nuestras familias. Hemos de remplazar la celebración del Halloween con algo que no esté asociado a ella en manera alguna. Como cristianos sería mejor que tuviéramos una noche familiar y hacer algo especial juntos. Podemos usar un principio que llamaremos del reemplazo. La Palabra de Dios nos instruye en Romanos 12.21: «No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal».
Debemos renovar lo malo. Explique a sus hijos porque ya no está celebrando el Halloween, pero reemplácelo con algo que glorifique a Dios. Sea creativo, haga una fiesta cosecha que enfoque a Cristo y la provisión que tiene para usted. Haga una fiesta de video cristiana. Haga una reunión de Gloria, donde se canten canciones cristianas y se predique la palabra. Forme un grupo y vaya de puerta en puerta (no disfrazados) y comparta pasajes del evangelio y luego reúnanse en grupo después para compartir sus experiencias.
Mi desafío más grande es éste: Considere en oración lo que Cristo quiere que usted haga. Que su deseo sea el de Santiago. «Someteos pues a Dios: resistid al diablo y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y El ser acercará a vosotros.» (Santiago 4.7-8).
Como cristianos, tenemos bastantes razones para celebrar. Mientras el mundo a nuestro alrededor se enfoca en actividades que honran al miedo y a la muerte, nosotros podemos celebrar a Aquel que da la vida.
Haga una fiesta de celebración a Dios, con niños y adultos también, vestidos como personajes de la Biblia y/o figuras de la historia Cristiana. O simplemente haga una fiesta pero no use ninguno de los símbolos usuales del Halloween en la decoración ni en las actividades.
La mayoría de las librerías cristianas tienen pequeños volantes acerca del Señor. Esto podría unirse a los dulces y dejarlos en cada bolsa que nos presenten. Durante la noche en que las convenciones de satanistas y brujas se reúnen para lanzar sus hechizos y llevar a cabo sus grotescos rituales, parece apropiado para los creyentes reunirse para alabar al único y verdadero Dios. Alabe a Dios por su victoria sobre la muerte, Satanás, el infierno y sobre todo mal. Ore por todas las personas que no saben que Jesucristo quiere darles paz con Dios y vida eterna. Ore porque Jesús se revele en sus mentes y espíritus.
Haga lo que estime conveniente como cristiano pero lo que sea que haga en el día de Halloween, planifíquelo de acuerdo a esta guía bíblica «Hacedlo todo para la Gloria de Dios» (1 Corintios 10:31).

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