Ducha Espiritual
Luego, como desesperado tomo una de mis biblias. Si me siento soñador, leo la Nueva Versión Internacional. Si me siento con necesidad de ser ministrado, tomo la Reina de Valera. De cualquier manera Él me habla y a mi espíritu da dirección.
Luego es tiempo de alabanza, automáticamente se empieza a reproducir en mí alguna melodía y comienzo a entonar. Últimamente mi espíritu se pone a reproducir muy seguido ésta letra léela, es poderosa:
“Has llenado el vació de ayer en mí
Me abrazas hoy en mi habitación
Y ya no soy yo, eres tú mi Jesús
Has tomado hoy todo lo que soy señor
Eres lo que mi corazón anhelaba
La dulce vos que hoy habla a mi interior
“Me has llenado de ti, hoy me inspiro por ti
Caminando hacia donde estas yo voy”
Si veo el cielo o veo una flor
Lo más que aprecio es la perfección, de tu amor diciéndome.
¡Aquí estoy!
Y ya no soy yo, has tomado todo lo que soy, Jesús.”
Luego comienzo a orar, primeramente por salvación de mi familia (Tal vez ellos no lo sepan, pero yo he visto como poco a poco mi Señor los va ganando, y ya solo es cuestión de tiempo) En seguida oro por aquellas personas que sé, necesitan de mi Dios. Ya por ultimo, le digo al Señor. – También te pido por Tu Siervo, que me permitas disfrutar todo lo que hago, y me des más vida. Y sobre todo, que Tu gracia sobreabunde en todo lo que haga para glorificar Tu nombre delante de los hombres.
Ya con esto estoy preparado para lo que venga. En ocasiones hay compromisos que en la mañana tienen fachada de Gigantes, pero me doy mi ducha espiritual; Y El Señor mi Dios comienza a actuar. Lo que parecía un gran problema, desaparece con tan solo avanzar.
Algunas veces gano, otras pierdo. Algunas veces río, otras lloro. Algunas veces brillo, otras soy borrado del mapa. Algunas veces me consagro en santidad, otras caigo. Más sin embargo, pase lo que pase tendré oportunidad de llegar a casa; Y darme otra ducha espiritual. Pero la ducha de la noche es diferente. En la ducha de la noche, veo mi fragilidad. En la ducha de la noche haciendo un inventario, de lo bueno y lo malo; me doy cuenta que me falta santidad. Me doy cuenta que si no fuera por Su Gracia, no me atrevería a mirarle. Y como hijo arrepentido volteo al cielo y Le digo – Perdón por lo que hoy te ha ofendido, púes sé que aunque en ocasiones yo me engañe; puro no hay ninguno.
Pero para mi consuelo, pase lo que pase, si mañana de nuevo despertaré; También habrá de nuevo ducha espiritual.
Hoy te invito hermano, a darte una constante ducha espiritual, para que tú vida no se vuelva un ritual. No aparentes que tú no necesitas de Su sangre, bien sabes que tu alma arde. Ponte a cuentas con tu Dios y recibe hoy de nuevo Su favor.