Tema: «LA GRAN PANDEMIA»
Lectura: Números 21:1-9
Un médico informó que los pacientes rápidamente mostraban los síntomas parecidos a la gripe, desarrollaban el peor tipo de neumonía que jamás hubiese visto, y luego se ahogaban en cuestión de horas. Afortunadamente, la gripe desapareció tan misteriosamente como había comenzado. Pero los doctores quedaron perplejos ante su causa y no pudieron encontrar una cura.
Los hijos del antiguo Israel también sufrieron de una plaga devastadora, pero conocían su causa y le pidieron una cura a Moisés. Ellos habían sido desagradecidos y se habían quejado de la provisión de maná de parte de Dios. En justa ira, Dios envió serpientes cuya venenosa mordida dejaba una herida letal. Luego le dijo a Moisés que hiciera una serpiente de bronce y la pusiera sobre un poste. Todo aquel que la mirase sería sanado (Números 21:1-9).
Siglos después, Jesús habló de esto como un símbolo de Su muerte en la cruz: «Así es necesario que sea levantado el Hijo del Hombre, para que todo aquel que cree, tenga en Él vida eterna» (Juan 3:14-15).
¿Alguna vez has confiado en Jesús para que sane tu alma?
Reflexión: Mira a Cristo hoy, o puede que te pierdas para siempre.