¿Oraciones Perdidas?

Tema «ORACIONES PERDIDAS»

Lectura: Salmos 86: 1-7

El titular decía así: Oraciones no contestadas: SE ENCONTRARON CARTAS PARA DIOS QUE FUERON LANZADAS AL MAR.

Las cartas, 300 en total y enviadas a un pastor en Nueva Jersey, habían sido lanzadas al océano, la mayoría de ellas sin haber sido abiertas. Hacía tiempo que el pastor había fallecido. Es un ministerio cómo aparecieron las cartas flotando en el oleaje de las costas de Nueva Jersey. Las cartas iban dirigidas al pastor porque él había prometido orar. Algunas de las cartas pedían cosas frívolas; otras fueron escritas por cónyuges, vertían sus corazones a Dios, pidiendo ayuda para parientes que estaban abusando de las drogas o el alcohol o para cónyuges que les eran infieles. En una de estas cartas, una mujer le pedía a Dios un hombre que fuera un esposo para ella y un padre que amara a su hijo. El periodista concluyó que todas eran «oraciones no contestadas».

¡No es así! Si las personas que escribieron dichas cartas clamaron a Dios, Él escuchó cada una de ellas. Ninguna oración sincera se pierde sin llegar a Sus oídos. «Todo mi anhelo está delante de Ti – escribió David en medio de una profunda crisis personal -y mi suspiro no Te es oculto» (Sal. 38:9). David entendía que podemos echar todas nuestras preocupaciones sobre el Señor, aun cuando nadie más ore por nosotros. Él concluyó con confianza: «En el día de la angustia Te invocaré, porque Tú me responderás» (Salmos 86:7).

Reflexión: Jesús escucha nuestro gemido más débil.

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