Tema: «CRISTALES QUEBRADOS»
Lectura: Salmos 141
En la vida, el dolor a menudo funciona como los cristales quebrados. Crea dentro de nosotros un conflicto entre lo que experimentamos y lo que creemos. El dolor puede darnos una perspectiva muy distorsionada de la vida y de Dios. En esos momentos, necesitamos que nuestro Dios nos provea de nuevos cristales que nos ayuden a ver otra vez con claridad. Esa claridad de visión generalmente comienza cuando volvemos nuestros ojos al Señor. El salmista nos alentó a hacerlo: «Porque mis ojos miran hacia Ti, oh DIOS, Señor; en Ti me refugio, no me desampares» (Salmos 141:8). Ver a Dios con claridad nos puede ayudar a observar las experiencias de la vida también con mayor claridad.
Al volver nuestros ojos al Señor en momentos de dolor y de lucha, experimentaremos diariamente Su consuelo y esperanza en nuestras vidas. Él nos ayudará a verlo todo de nuevo con claridad.
Reflexión: Enfocar a Cristo le da perspectiva a todo.