El mal de la Hipocresía

TEMA: «LA HIPOCRESÍA»

TEXTO: 1 PEDRO 2: 1, 2

INTRODUCCIÓN:
Hoy en día muchos no quieren acercase a los caminos del Señor, ya que por el mal testimonio de ciertos «cristianos» la gente resta credibilidad al evangelio.
Es triste ver en nuestras iglesias tanta gente que dentro de ella aparenta santidad y una buena relación con Dios, pero que en intimidad deja mucho que desear.
Es hora que nos levantemos como hijos de Dios y pongamos en alto el Nombre de Nuestro Señor no solo con palabras sino con hechos, las palabras se las lleva el viento, pero los hechos son los que cuentan.
La Biblia dice que por nuestros frutos nos conocerá, además una fe sin obras es muerta. Es por ello que en este programa hablaremos de un tema el cual esperamos que Dios ministre nuestras vidas y nos ayude a hacer mejor las cosas.
Vamos a iniciar Definiendo la Palabra «Hipocresía»

¿QUE ES HIPOCRESÍA?

La hipocresía es el acto de fingir que se tienen cualidades, ideas y sentimientos que en realidad no se tienen. La palabra proviene del latín tardío hypocrisis y del griego hypokrisis, que significan acción de desempeñar un papel.
El que pretende o finge ser lo que no es. Es una transcripción del vocablo griego hypokriteis, que significaba actor o protagonista en el teatro griego.

Breve Historia de la Palabra «Hipócrita»
La palabra hipócrita, en el idioma original, venía del mundo del teatro. Significaba «hablar cubierto con una máscara». Los actores que representaban los papeles, se ponían una máscara a fin de que el público supiera, viendo la máscara, qué carácter se estaban representando. Un mismo actor representaba varios papeles en una misma función, y disponía de una variedad de máscaras diferentes. Cuando hablaba la parte de uno, sostenía la máscara correspondiente sobre su cara; cuando hablaba la parte de otro, cambiaba de máscara, tomando la apropiada y hablando con su cara cubierta con ella. No podía verse el actor mismo, sino tan sólo a la máscara. La audiencia no conocía al hombre; conocían tan solo el papel que hacía.
Los actores solían ponerse diferentes máscaras conforme al papel que desempeñaban. De ahí que hipócrita llegara a designar a la persona que oculta la realidad tras una «máscara» de apariencias.

Los hipócritas pretenden que otros piensen que son buenos cristianos, cuando realmente, sus corazones están llenos de pecados como amargura, orgullo, mentira, rivalidad, adulterio, etc.

Aparentar lo que no se es produce un gasto inútil de energía y, como se basa en la falsedad, es contrario al desarrollo del carácter y a la propia dignidad personal, así como a la reverencia que debemos al prójimo.

El trabajo que el hipócrita hace para esconder lo que el es, le es mucho mas difícil que el tratar de hacer las cosas bien.

Un solo cristiano falso puede hacer más por retardar el progreso de la Iglesia que lo que pueden hacer una docena de santos para extender el Reino. El hipócrita llega a ser culpable ante el prójimo porque destruye la credibilidad del evangelio de otros y aún hace que rechacen a Cristo.

La más grande artimaña del maligno consiste en hacer que los cristianos lleven una vida de dos caras: que alaben públicamente a Dios pero a la vez se metan en la crítica, la murmuración, el libertinaje y cosas similares. Satanás no se preocupa porque usted profese el cristianismo, mientras no lo practique.

CONCLUSIÓN:
Si usted sólo aparenta tener fe sin acompañarla de obras, se parece a la higuera que se secó y murió porque no dio frutos. La fe genuina incluye el dar frutos para el reino de Dios. Cuando el hombre aparenta lo que no es, se ha engañado asimismo y ha mentido a los demás. Por el amor de Dios, no vista la ropa de la hipocresía. La vida futura es lo eterno, este mundo, sólo un instante. Al cielo no entran los hipócritas. No venda el reino de la eternidad por un segundo.

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: