Corriendo en vano

Tema: «CORRIENDO EN VANO»

Lectura: Romanos 4:1-17

Cuando un amigo mío comenzó a correr la maratón de la ciudad, notó algo en el piso, era el chip de un corredor el dispositivo que cada corredor coloca en su zapatilla para registrar su avance en diversas estaciones de medición del tiempo durante la carrera. Aparentemente, un pobre corredor cubriría los siguientes 42 kilómetros a pie sin nada que demostrase su esfuerzo.

Oficialmente, dicho corredor no corrió la carrera. No habría registro de su participación. Aun cuando hubiese terminado la carrera en un tiempo récord, no habría importado. Las personas que organizan la carrera establecen las reglas y, sin importar lo bien que alguien pueda correr, si los dirigentes dicen que el corredor no se clasifica, así es.

En un sentido, así también es con todos nosotros. Podemos correr lo que parece ser una buena carrera haciendo cosas buenas por los demás y obedeciendo montones de reglas. Pero cuando llegamos al punto de control final el cielo y no nos hemos asegurado de que nuestro nombre esté registrado en el Libro de la Vida del Cordero, poniendo nuestra fe en Jesús como nuestro Salvador, estamos descalificados para entrar.
Jesús dijo: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por Mí» (Juan 14:6). ¿Estás confiando en Jesús? Si no es así, estás corriendo en vano.

Reflexión: Si pudiéramos ganar nuestra salvación, entonces Cristo no habría muerto para proveérnosla.

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