De Fracasado a Conquistador
Tema: «De fracasado a conquistador»
Texto: 1 Samuel 22:1 y 2
Yéndose luego David de allí, huyó a la cueva de Adulam; y cuando sus hermanos y toda la casa de su padre lo supieron, vinieron allí a él.
Y se juntaron con él todos los afligidos, y todo el que estaba endeudado, y todos los que se hallaban en amargura de espíritu, y fue hecho jefe de ellos; y tuvo consigo como cuatrocientos hombres.
El texto hace referencia a cuatrocientos hombres, que huyeron porque estaban en problemas, y se juntaron con David, que también atravesaba muchísimas dificultades. Este joven era perseguido por Saúl, que lo buscaba para matarlo, siendo él inocente.
David se encontró con estos hombres en un lugar llamado «La cueva de Adulam». Seguramente, ellos sufrían diferentes tipos de problemas: Familiares, físicos, económicos y espirituales. Eran hombres totalmente derrotados. Ellos se sentían fracasados interiormente, y este cuadro se reflejaba en su exterior.
Pero al encontrarse con David, comenzaron a ser impactados por la manera de vivir de este varón. David se levantaba cada mañana y le decía a Dios cosas como estas: – «No quites de mí tu Santo Espíritu. Renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti». David derramaba su corazón ante Dios cada día, a pesar de las pruebas que estaba atravesando. Los cuatrocientos hombres vieron como la Presencia de Dios lo acompañó en todo momento. Ellos fueron contagiados por su unción, ánimo y fortaleza, aunque habían llegado allí con un sentimiento de derrota absoluto. Esto es lo mismo que nos sucede a nosotros, cuando llegamos a la Iglesia.
Estos hombres alcanzaron el éxito y acompañaron a David en su visión. ¡Este es el tiempo para que te levantes, dejando de lado el temor, los recuerdos y fracasos del pasado! ¡Este es el tiempo de transformación, para que a través del Espíritu Santo, seas más que vencedor!
Autor: Claudio Freidzon