Árbol contra oso
Tema: ÁRBOL CONTRA OSO
Texto: Jeremías 8:4-12
No es frecuente que la policía deba poner fin a una pelea entre un oso y un árbol. La pelea comenzó con un insulto juguetón y un choque accidental. ¡De repente el oso habló! ¡Y luego el árbol habló! Ya está, un tipo en un traje de oso estaba peleándose con alguien que estaba vestido de árbol. La policía tuvo que separarlos. Las dos mascotas de la Universidad de California habían dejado de entretener y habían comenzado a pelear.
Los osos y los árboles no fueron hechos para pelearse. Tampoco nosotros. Pero, por si fuera poco, las personas que fueron creadas para amar y servirse unas a otras se han dedicado a pelearse a lo largo de la historia.
Lo sorprendente, según el profeta Jeremías, es que incluso aquellos que conocen la ley de Dios pueden herirse unos a otros sin lamentarse. «Ninguno se arrepiente de maldad», informó ( 8:6 ). «Ciertamente no se han avergonzado» (v.12). Jeremías también expresó el asombro de Dios de que incluso las criaturas salvajes reflejan más sabiduría que aquellas que dicen «paz, paz» mientras se hacen daño (v. 7, 11).
Aquel que diseñó que las aves emigraran cuando Él lo ordenara (v.7) no sólo llama nuestra atención hacia nuestras malas acciones. Él ofrece llenar nuestro vacío con la plenitud de Sí mismo. Las alternativas son buenas: gracia por amargura, sabiduría por insensatez, paz por conflicto.
Reflexión: El arrepentimiento no sólo dice «lo siento», también dice «me alejo de mi pecado».