¿Cómo Cerrarle la boca al león?

¿Cómo Cerrarle la boca al león?

Se dice que cuando el león ruge, lo hace para generar dos reacciones en la víctima: primero la frena y luego la paraliza para después comérsela, o puede hacerla huir en la dirección contraria para que corra hacia donde estarán las leonas esperando su presa. Siempre el miedo te hace huir al lugar equivocado. El miedo te dirá: “¿Para qué te vas a arriesgar, si así está bien?

El miedo lo único que logra es que pierdas de vista todo lo nuevo, la mejor gente, el mejor negocio, y las mejores oportunidades que están por venir.

Hay una preciosa historia en la Biblia, que habla justamente de alguien, que estando en una situación realmente desesperante, en lugar de huir decidió enfrentar la situación de una manera muy particular; dicho sea de paso, es la primera historia bíblica que conocí cuando recibí a Cristo como mi Salvador, sin saber que tiempo después estaría poniendo en práctica eso que había aprendido. Se trata de la historia del profeta Daniel, un maravilloso hombre, que hizo de su relación con Dios, la prioridad número uno de su vida.

Daniel era un gobernador muy importante en la época del imperio Medo-Persa, a tal punto que estaba entre los tres mejores gobernadores de todo el reino. También había otros ciento veinte funcionarios destacados,  que se encargaban de los asuntos del rey. Pero Daniel era superior a todos, ellos porque había en él un espíritu superior. Por eso el rey pensó en ponerlo sobre todo el reino. Esta decisión suscitó muchos celos y envidia de parte de los que estaban en el gobierno y no tuvieron mejor idea que complotarse para acusarlo a Daniel de cualquier cosa, con tal de que no llegara a ocupar el mayor cargo que el rey quería asignarle  Pero lo llamativo del caso, es que estos hombres no podían acusarlo de nada, porque Daniel era fiel y ningún vicio ni falta había sido hallado en él. Pronto se les ocurrió una idea, podrían acusarlo “sólo en lo referente a la Ley de su Dios” ya que Daniel era un hombre de profundas convicciones en relación a su Fe, él  todos los días se arrodillaba tres veces al día, abría las ventanas de su casa y oraba  dirigiéndose a Dios con toda libertad y solicitud.

Así fue que se presentaron todos los funcionarios delante del rey y le dijeron que habían acordado por unanimidad que el rey promulgase un edicto real para que cualquier persona que en el espacio de treinta días, demandase petición de cualquier dios u hombre que no fuera el rey, sea echado en el foso de los leones. El rey, no sabía que el complot de estos hombres era contra de Daniel, y lo firmó y cuando un rey firmaba un edicto, ese documento no podía ser revocado, o sea no había vuelta atrás en el asunto.

Pero esto llegó a los oídos de Daniel, ¿y a qué no saben qué hizo? Entró a su casa, abrió las ventanas de su cámara que daban a Jerusalén y se arrodillaba tres veces al día y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes. “¡No se le movió un pelo a Daniel!”

Haber nos ponemos por un momento en el lugar de Daniel y ¡Qué haríamos…! A través de la meditación de esta historia el Espíritu Santo, trajo una revelación maravillosa a mi vida, que fue la siguiente: “Si Daniel solamente me hubiera adorado con el pensamiento, nadie lo habría acusado jamás”, hay muchas personas que dicen: “que no es necesario arrodillarse para orarle a Dios, porque él conoce nuestros pensamientos” Si bien es verdad, que él conoce todo, y que sin duda podemos orarle con la mente cuando andamos por el camino, en el colectivo, en el trabajo, en la universidad etc. Deberíamos apartar un tiempo y hacerlo de rodillas (A Dios le importa nuestra actitud física, cuando cambiamos la postura física se nos ordenan las emociones). Sólo cuando  hablamos en voz alta, o estamos de rodillas, Satanás nos ve y nos escucha. El diablo no puede leer nuestros pensamientos, no sabe que con la mente lo adoramos a Dios, por eso cuando nos ve de rodillas ahí verdaderamente “se pone nervioso”, porque es en ese preciso momento en que recibimos poder de lo alto, ahí desatamos toda la bendición sobre nuestra vida y atamos todo lo malo, entonces  tiene que huir, porque no puede soportar eso.

Recordemos que cuando lo tentó a Jesús le dijo: “Todo esto te daré, si postrado me adorares”, el diablo  reclama la adoración.

Así fue que al ver a Daniel orando  de rodillas, aquellos hombres lo acusaron delante del rey y la sentencia que recibió fue que lo tiraran al foso de los leones para que se lo comieran.

Pero esta fascinante historia sigue de una manera sorprendente, el rey estaba apesadumbrado por lo que le sucedía a Daniel, porque lo apreciaba de verdad, tal es así que no pudo dormir en toda la noche, tampoco pudo comer y al amanecer fue corriendo al foso y  con voz triste pero fuerte dijo: “Daniel, siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel respondió: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen daño, porque ante él fui hallado inocente; y aún delante de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo”.

Entonces el rey se alegró mucho y lo mandó a sacar a del foso, y ningún daño tenía Daniel en su cuerpo porque había confiado en su Dios. ¡Y en ese mismo pozo fueron echados los que lo habían acusado!

Qué historia espectacular, cuánta enseñanza para nuestras vidas hay en ella. Pensemos por un momento en las palabras que el rey le dijo a Daniel: “El Dios a quien tú continuamente sirves…”: o sea Daniel vivía para adorar a Dios,  ése era el principal servicio que él le daba a Dios, por eso pudo ser librado de la boca de los leones, porque no hay cosa más poderosa que la adoración, para vencer cualquier adversidad de la vida.

El secreto de Daniel, está en esas palabras que dijo: “MI DIOS”, cuando realmente podemos decir que Dios es Nuestro, entonces podemos estar tranquilos, porque ¡Él peleará por nosotros, todas nuestras batallas! Y aún nos sacará de las mismas fauces del enemigo que anda como león rugiente buscando a quien devorar.  Para nosotros los que confiamos en Él, con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas, Él enviará Su Ángel y en forma Sobrenatural nos sacará de la trampa que el enemigo ha preparado para nosotros. Se cumplirá su promesa que dice: “Red han armado a mis pasos; se ha abatido mi alma; hoyo han cavado delante de mí; en medio de él han caído ellos mismos”.

Y esto no es todo, Daniel fue prosperado durante el reinado de Darío y el mismo rey declaró: “En todo el dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece por todos los siglos…Él ha librado a Daniel del poder de los leones…”

Cuando vos reconocés sin temor a tu Dios, y no lo ocultás sino que lo declarás y lo mostrás en tu vida. Él mismo se encargará de que salgas invicto, ante cualquier calumnia dicha en tu contra, o ante las cosas más injustas que te puedan suceder y además te promoverá para que ocupes lugares de autoridad. Lo único que tenés que hacer es convertirte en un adorador ilimitado… en aquel que ha conquistado a Sion, el monte de la Presencia de Dios., en aquel que prefiere relacionarse profundamente con Dios, más que con cualquier otra persona en su vida…

Autora: Silvia Truffa

Escrito para www.destellodesugloria.org

 

COMPARTE


Ahora puedes comentar con tu cuenta de Facebook: