El amor a los enemigos

El amor a los enemigos

Hablar del amor de Dios siempre es un tema extenso y del que siempre hay mucho que decir, amor que incondicional y a veces hasta inmerecidamente recibimos, pero ¿que hay del amor que nosotros damos?, ese amor del que también se nos habla que tengamos por los demás, a nuestro prójimo, a TODO nuestro prójimo, aun a nuestros enemigos, esas personas que con actitudes se convierten en  un dolor de cabeza.

Es tan fácil y tan bello amar a los quienes nos aman, a esas personas de las que recibimos abrazos y bendiciones, palabras bonitas y detalles agradables, pero cuanto nos cuesta amar a los que hacen lo contrario, porque a todos se nos dificulta, es difícil amar a alguien que te lastima, te hace daño o te ofende, pero cuando pensamos en que en Dios no hay imposibles lo asociamos solo con lo que nos es conveniente, entonces cuando nos pide amar al prójimo, a los enemigos y aun a los que nos hacen daño “nos damos cuenta que si hay imposibles” al menos eso comenzamos a creer.

Sentimos que Dios nos pone en aprietos cuando nos dice: “Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen” Mateo 5:44, vemos casi imposible cumplir con este mandamiento, y nos encerramos tanto en un “no puedo” que terminamos siendo incapaces de hacerlo.

En nuestra capacidad humana es muy difícil pagar el mal con el bien, amar a alguien que ha herido nuestros sentimientos o nos ha hecho algún daño, porque el dolor o la molestia llega a ser mas grande que la capacidad de perdonar y amar.

A veces nos hace falta comprender que no es con nuestro propio amor que nos alcanza para amar a quienes nos hacen mal, sino con el amor especial que Dios deposita en nosotros para poder hacerlo, es por eso que los mandamientos se encierran en amar a Dios por sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos, si amamos a Dios  por encima  de las circunstancias y de todo lo que se nos presente, Él nos enseña a amar verdaderamente y con ese mismo amor podemos amar a todos en general, sean buenos o no con nosotros y lo merezcan o no según nuestro parecer.

¿Recuerdas quien eras y como te comportabas antes de conocer de Dios?, creo que todos sin excepción alguna vez hicimos algo que  lo lastimó, que lo ofendió y nos siguió mostrando amor, tal vez nuestro comportamiento no era del todo bueno y nos hacia que no mereciéramos que nos amara y de igual forma lo hizo, ese es el amor de Dios, ese mismo que deposita en ti si es que quieres cumplir con su mandamiento de amar a tus enemigos, porque para Dios no hay imposibles.

Amar y perdonar a quienes te han hecho mal solo es una decisión que puesta en manos de Dios te lleva a sentirte libre, a demostrar que verdaderamente posees el amor de Dios en tu vida,  te sorprenderás de ver como puede cambiar la situación cuando experimentas el amor hacia quienes tienes como enemigos, y lo que el poder del amor de Dios puede hacer y aunque es cierto que cuesta hacerlo y sea un proceso que puede llevar algún tiempo, solo basta con que tomes la decisión y comiences a hacer algo al respecto.

Amar a los que te aman es algo demasiado fácil, demuestra amor a esas personas incomodas, que nada han hecho por merecer que los ames, tal vez eso es todo lo que necesitan para cambiar su actitud, ¿Aceptas el reto?

Autora: Maite Leija

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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