Reflexión: Salto Chaco

Un Destellito En Las Manos De Dios

leyendo bibleSe cuenta la siguiente historia, dijo Destellito. Baldomero Díaz, era dueño de un negocio llamado Palo-a-Pique que vendía abarrotes, además de un bar, en Salto Chaco, Argentina. El local era muy rústico, estaba hecho de algunos palos parados, y cubierto por palmeras partidas que hacían de techo. Allí acudían trabajadores para adquirir algún comestible y mucho licor. En cierta ocasión, llegó un conocido contrabandista, que bajando de su caballo dijo, “atraparon a Pepe, y casi me agarran a mí también, los gendarmes no nos dejan en paz”. Era habitual que los fines de semana llegaran hombres a beber, y las riñas se sucedían con frecuencia, de tal modo, que las mujeres y los niños evitaban acudir al lugar. El contrabandista, sacando de entre sus alforjas un libro, lo pasó a Baldomero, —me dijeron que éste libro me haría rico, pero no hay caso, expresó.

Baldomero, interesado comenzó a leer el libro, y cada día se sintió más animado a seguir leyendo, y lo hacía en voz alta. Compartió sus páginas con su hermano y dos de sus primos, juntándose para leer cada vez que podían. Comprendieron que necesitaban a alguien que les explicara lo que quería decir el libro. En el pueblo llamado Algarrobal, Baldomero adquirió una Biblia y dos Nuevos Testamentos. Hasta que uno de sus primos, Ángel, visitando un pueblo a causa de una enfermedad, encontró a un pequeño grupo de personas que cantando entraban a un lugar habilitado como iglesia. Allí, fue llevado a los pies de Jesús, y permaneciendo unos días fue enseñado en la Palabra de Dios. Al llegar a casa compartió con Baldomero, su hermano, y su otro primo lo que había aprendido. De esa manera llegó el Evangelio a Salto Chaco, cambiando la vida de todos, dijo Destellito.

Salto Chaco

Y el Espíritu dijo a Felipe: Acércate y júntate a ese carro.  Acudiendo Felipe, le oyó que leía al profeta Isaías, y dijo: Pero ¿entiendes lo que lees? Él dijo: ¿Y cómo podré, si alguno no me enseñare? Y rogó a Felipe que subiese y se sentara con él. Respondiendo el eunuco, dijo a Felipe: Te ruego que me digas: ¿de quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?   Entonces Felipe, abriendo su boca, y comenzando desde esta escritura, le anunció el evangelio de Jesús.  Felipe dijo: Si crees de todo corazón, bien puedes. Y respondiendo, dijo: Creo que Jesucristo es el Hijo de Dios. Hechos 8: 29-31; 34, 35, y 37.

Dios siempre tendrá a mano a hijos o hijas que estén dispuestos a enseñar su Palabra. Hay una inmensa necesidad del conocimiento de las Sagradas Escrituras en el mundo de hoy. El incremento de la maldad a niveles muy peligrosos, hace necesario que la iglesia esté preparada para dar cuenta de lo que cree. Baldomeros y eunucos habrán siempre en la tierra, ¿y Felipes?, es una respuesta que deben dar los que aman a los que se pierden, como la tuvieron aquellos que te predicaron cuando más lo necesitabas. El llamado hoy es acudir presurosos para salir al encuentro de los que se pierden. Deben conocer a Jesús, el regocijo de la salvación es también para ellos, dijo finalmente Destellito.-

Autor: Oscar Olivares Dondero

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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