Desear para bien

Desear para bien

desear para bienMuchas de las disputas que tenemos en la vida, se originan por nuestros malos deseos, pues a diario estamos anhelando cosas maléficas, suele sucedernos  cuando estamos lejos de la presencia de Dios. Cada quien busca satisfacer sus propias necesidades, sin importar lo que tengamos que hacer para lograrlo, aun si es necesario pasar por encima de los demás.

Debemos de tener mucho cuidado con lo que deseamos, a veces nos aferramos tanto a lo que no tenemos  que perdemos la razón de ser de las cosas, nos desviamos del propósito de Dios; desaprovechamos el tiempo pensando en lo que no tenemos, sin sacarle beneficio a lo que Dios nos ha dado, olvidando que lo poco o mucho que tengamos  no va  a ser suficiente para ser felices, cuando lo que en realidad debemos desear es estar siempre junto a Dios, las cosas terrenales son pasajeras, nuestro mayor deseo debe ser estar cerca de Jesús.

 ¨ ¿Qué es lo que causa las disputas y las peleas entre ustedes? ¿Acaso no surgen de los malos deseos que combaten en su interior?  Desean lo que no tienen, entonces traman y hasta matan para conseguirlo. Envidian lo que otros tienen, pero no pueden obtenerlo, por eso luchan y les hacen la guerra para quitárselo. Sin embargo, no tienen lo que desean porque no se lo piden a Dios.  Aun cuando se lo piden, tampoco lo reciben porque lo piden con malas intenciones: desean solamente lo que les dará placer.¨ Santiago 4: 1-3 (Nueva Traducción Viviente).

Una de las razones por las que Dios no nos da lo que le pedimos, es porque las intenciones que hay de tras de ello no son buenas, nos enfocamos solamente en pedir para satisfacer un deseo,  pedimos solo para nosotros, sin medir que tan egoísta estamos siendo con lo demás, pues no podemos desear  nada que indirecta o directamente perjudique a nuestro prójimo.

Somos tan cambiantes, que no obtenemos lo que en verdad necesitamos por qué no se lo pedimos a Dios, o no se lo sabemos pedir, pero irónicamente las cosas que no nos convienen o que provienen de una simple emoción para satisfacer un placer, eso sí  lo queremos exigir delante de Él. Pedimos para ser reconocidos, para vanagloriarnos, para sobresalir frente a los demás.Dios no nos va a conceder algo que nos aleje de Él, y mucho menos que vaya en contra de lo que El es o de lo que ha estipulado en su palabra, no podemos pedir por envidia, porque queremos ser  más famosos que otros o anhelar lo que los otros tienen, tampoco podemos pedir por venganza.

Sin embargo, él nos da aún más gracia, para que hagamos frente a esos malos deseos. Como dicen las Escrituras: Dios se opone a los orgullosos
pero muestra su favor a los humildes. Así que humíllense delante de Dios. Resistan al diablo, y él huirá de ustedes. Acérquense a Dios, y Dios se acercará a ustedes. Lávense las manos, pecadores; purifiquen su corazón, porque su lealtad está dividida entre Dios y el mundo. Santiago 4:6-8 (Nueva Traducción Viviente).

Lo que debemos desear, es siempre agradar a Dios, cada día debemos pedirle, que nos de más de su presencia, que en todo lo que hagamos quien se halle reconocido y glorificado sea nuestro Señor, que antes de satisfacer nuestras propios deseos engañosos, recapacitemos y entendamos que nuestro mayor deleite no deben ser las cosas del mundo(fiestas, alcohol, drogas, sexo, vanidad etc.) sino estar cada día con el REY, nunca olvidando de que solo somos un instrumento en manos de Dios y como tal, ningún instrumento puede producir un sonido  y sonar agradable si no está en las manos de un maestro.

Autora: Jessica Terán

Escrito para: www.destellodesugloria.org

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