¿Tienes comunión honesta con Dios o con tu problema?

¿Tienes comunión honesta con Dios o con tu problema?

A veces somos víctimas de problemas que nunca están ajenos a nuestra cotidianidad, problemas económicos, o problemas familiares, o de salud, o desamor, o de amor, o de cantidad de situaciones que son parte de la vida misma. En el transcurso de la vida existen cosas que generan, preocupación, amargura y ansiedad.

Caemos en una pensadera que no deja conciliar el sueño, hablas, planificas y diseñas soluciones tentativas, haciendo más grande el problema y más débil tu carácter y fe en Dios. Ahora bien, el opositor y enemigo acérrimo de Dios es precisamente eso lo que busca, que pensemos todo el tiempo en nuestro problema, nos preocupemos, hablemos y razonemos en torno a la búsqueda de soluciones a la tribulación para desesperarnos y llevarnos al fracaso.

Contrario a Dios que, desea que pasemos más tiempo con él, orando, alabándole, consultándolo, pensando en él y en su palabra que nos da paz y tranquilidad. Como quien dice “Ocúpate de mis cosas que yo me ocupo de las tuyas” así como está escrito en su palabra.

A ratos uno se enfrasca tanto en el problema que deja de lado la verdadera solución. ¿Cuál es? Creerle a Dios y de corazón poner en sus manos nuestras necesidades. Ocuparse de ser su fiel amigo y no ignorarlo, él está esperando que le hablemos en comunión sincera.

Dios es tan cierto como el aire que aunque no lo vemos nos da la vida; y si dejamos de respirar pues morimos. Si le damos rienda suelta a nuestra mente, los instintos de la naturaleza humana se fortalecen en la ansiedad, la depresión, el famoso estrés, el insomnio y más. Y el espíritu se debilita abriendo puertas al ladrón que viene a matar, hurtar y destruir. El tipejo aquel entra con todo y parrandon la amargura, las quejas, el renegar y hasta violentar.

¿Qué hacer? Aprovechar los momentos de tribulación confiando plenamente en su palabra que dice “clama a mí y yo te responderé”. Se trata de no poner por encima de su poder al problema haciéndolo una atadura que no deja proseguir el camino. Cuanto más tiempo le dediquemos al problema más se alimenta y más poder tiene sobre nosotros.

Jesús dijo: “Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, y yo los aliviaré, Carguen con mi Yugo y aprendan de mi, que soy tolerante y humilde de corazón, y encontrarán descanso para su vida. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera”.

Puede que digas huy sí, pero no tengo empleo y las deudas son las mismas y crecen, o muchas otras justificaciones. Hoy Dios te dice que creer es fe y esta es “ la certeza de lo que se espera y la convicción de lo que no se ve? En Hebreos 11. 1.

Hay un Dios grande y maravilloso que no le cuesta nada solucionarte o concederte tus peticiones pero con un precio, y es el de dejarse enseñar, moldear y reprender. Dios a los que ama reprende y todo les ayuda a bien.

Olvídate de tus problemas por un momento, no hables mas de ellos. Ten comunión con dios y alábalo en la buena y la mala para que goces de la plenitud de una victoria a carta cabal.

Autor: Paula Andrea Vega

www.levantatusmanos.blogspot.com

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