Una cosa sé: ¡Dios esta mi parte!
Hace algún tiempo comencé a sentir molestias en mis manos a tal punto que a veces no podía ni siquiera moverlas, mi trabajo se elaboraba mayormente en computadora, por lo que en momentos de crisis el teclear me producía gran dolor. Recuerdo haber visitado el consultorio médico laboral debido a este problema, por alguna razón el doctor de turno no fue muy receptivo que digamos, se cerro totalmente a la posibilidad de un diagnostico previamente elaborado por un especialista sobre mi condición en el momento, este alegó “estas muy joven para esto”, según el, yo debía esperar cumplir con algunos requisitos para asegurar lo que yo estaba sintiendo, la situación me parecía frustrante, aun cuando el especialista me había recomendado descansar, según el doctor de mi institución laboral yo debía seguir realizando una actividad que físicamente me producía mucho dolor, de igual forma personalmente me sentía humillada, ¿Cómo el doctor pudo tomar tan a la ligera mi caso? ¿Por qué no atendió mis dolencias? ¿Acaso pensó que estaba mintiendo? Generalmente yo era bastante sana, se podría decir que era la primera vez que pasaba por algo que me limitaba físicamente, y aun siendo la primera vez sentí que había sido injustamente mal tratada, quizás a usted no le parezca tan mala mi experiencia y podría pensar “yo estoy pasando por algo mucho peor”, sin embargo independientemente del nivel de gravedad confieso que hacía mucho tiempo que no sentía el sabor amargo de la injusticia. Sabemos que no estamos exentos de padecimientos, el mismo Dios los vivió estando aquí en la tierra, pero aun así a veces no podemos evitar sentirnos mal cuando algo a nuestro alrededor sucede de una forma que nos hiere. La pregunta es ¿Cómo nos comportamos en el momento?, ¿Confiamos en que a pesar de lo borroso que se perciba la situación Dios tiene el control? Y si es así, ¿Cómo podrá Él desenredar ese nudo que se formo en nuestra vida?, personalmente me he apropiado de parte de un versículo que ha llenado mi corazón de esperanza: Una cosa sé: Dios esta mi parte! Salmo 56: 9b (Nueva Versión Internacional), tratar de pensar como hará Dios par ayudarnos es quizás irrelevante y hasta imposible! Al fin y al cabo ¿Podemos razonar como El Todopoderoso?, lo importante es recordar que si Dios esta con nosotros ¿quién contra nosotros? aunque pasemos momentos amargos El Señor no permite que el justo quede desamparado, a pesar de la situación confiemos en nuestro padre protector que va siempre delante de nosotros como poderoso gigante.
Encomienda al Señor tus afanes, y Él te sostendrá; no permitirá que el justo caiga y quede abatido para siempre.
Salmo 55:22 (Nueva Versión Internacional).
Autora: Marianny I. Gutiérrez
Escrito originalmente para www.destellodesugloria.org