¿Por qué temer a Dios?
Existe una manera más sencilla de entender lo que significa temer a Dios y es a través del conocimiento que día a día vamos teniendo de Él. Es decir, mientras más le conozco y sé cuáles son sus virtudes, es más fácil comprender quién es, y por ende, más fácil entender lo que no es. El conocimiento de Dios nos lleva a descubrir cuán santo, amoroso, misericordioso y justo es Él; y de igual forma, cuáles son aquellas cosas que aborrece, que en realidad en una sola palabra se pueden definir “pecado”.
El temor de Dios incluye el conocimiento que tenemos de Él y la decisión que tomamos al buscar agradarlo por medio de la santidad que nos concede en Cristo Jesús o buscar desagradarlo por medio del pecado. En pocas palabras, si yo digo que creo en Dios y lo amo, voy a elegir siempre hacer lo que le agrada; de lo contrario, el deseo de pecar me va a llevar a deshonrarlo. Pecar es lo mismo que no temerle.
La prueba para identificar si tenemos temor de Dios en nuestro corazón es que elegimos hacer siempre su voluntad; si no, será fácil pecar de cualquier forma y no tendremos ningún tipo de remordimiento o vergüenza en hacerlo. Esta es la gran diferencia entre una persona que teme a Dios porque sabe quién es Él y otra que simplemente dice creer en Él, pero vive conforme los deseos de su naturaleza pecaminosa.
¿Por qué temer a Dios?
- Porque si le tememos a Dios, lo adoramos como Él desea que le adoremos, en espíritu y en verdad, no sólo de labios sino con hechos genuinos. “Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad,porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad” Juan 4:23-24 (Nueva Versión Internacional).
- Porque si le tememos a Dios, es porque le conocemos y reconocemos lo que ha hecho por los que en Él hemos creído. “Y ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien tú has enviado”. Juan 17:3 (Nueva Versión Internacional).
- Porque si le tememos a Dios, temeremos hacer el mal, pues sabemos que hacer el mal trae juicio y condenación eterna. “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor”. Romanos 6:23 (Nueva Versión Internancional). “El temor de Jehová es el principio de la sabiduría,
Y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia”. Proverbios 9:10 (Reina Valera 1960). - Porque si le tememos a Dios, ya no vivimos para nosotros sino para Cristo. Ya no vivimos para satisfacer los deseos de nuestra naturaleza pecaminosa, sino para satisfacer los deseos del Espíritu. “Los que viven conforme a la naturaleza pecaminosa fijan la mente en los deseos de tal naturaleza; en cambio, los que viven conforme al Espíritu fijan la mente en los deseos del Espíritu. Los que viven según la naturaleza pecaminosa no pueden agradar a Dios. Sin embargo, ustedes no viven según la naturaleza pecaminosa sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios vive en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está muerto a causa del pecado, pero el Espíritu que está en ustedes es vida a causa de la justicia”. Romanos 8:5, 8-10 (Nueva Versión Internacional).
- Porque si le tememos a Dios, podemos estar confiados en que nuevas criaturas somos y hemos nacido de nuevo. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17 (Reina Valera 1960). “Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Hebreos 12:14 (Reina Valera 1960).
Quien teme al Señor aborrece lo malo;
yo aborrezco el orgullo y la arrogancia,
la mala conducta y el lenguaje perverso.
Proverbios 8:13 (Nueva Versión Internacional).
¡Si temes a Dios, aborreces pecar; sino, no te resultará difícil hacerlo cada vez que quieras!
Autora: Marisela Ocampo Otálvaro
Escrito para www.destellodesugloria.org