Un Destellito en las manos de Dios
Juzgar Con Ligereza
Les voy a contar la siguiente historia, dijo Destellito: Hacía varias horas que había caído la noche, y Juan conducía su vehículo en dirección a su casa después de una agotadora jornada de trabajo. A la distancia observó que un muchacho hacía dedo y decidió llevarlo. Pasado un rato, Juan, comenzó a sospechar del joven hasta que recordó que al interior de su abrigo, que estaba entre los dos asientos, llevaba su billetera, detuvo el auto, y la buscó afanosamente y no la encontró. Encolerizado detuvo el vehículo ordenando al pasajero bajarse, al tiempo que a gritos le pedía que le entregara la cartera, asustado se la entregó quedando abandonado en la carretera. Al llegar a casa y mientras se alimentaba, Juan contó a su esposa la experiencia ocurrida, y antes de terminar ésta lo interrumpió para decirle: “Antes que se me olvide…¿sabías que dejaste tu billetera en casa ésta mañana?”.
No juzguéis según las apariencias, sino juzgad con justo juicio. Juan 7:24
Sirva el ejemplo de Juan, para comprender lo importante que es no juzgar de buenas a primeras. Es un error en el que caen muchas personas, quienes, sin fundamento alguno emiten juicios sobre los demás, ¡cuántas han sido dañadas por éste gran mal!. Miráis las cosas según la apariencia, dice 2a de Corintios 10:7. Jesús ha llamado a que todas las personas deben ser amadas, así como Él las ama, sin ninguna distinción, amó tanto a los diez leprosos, como a Zaqueo. El amor de Dios es transversal, y de la misma forma debe ser el amor al prójimo. Si usted afirma tener a Cristo Jesús morando en su corazón, amará como El, afirmó Destellito.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org