El peso de la cultura que me ha atado me lo saco de encima
En cada casa hay un botín: hijos, sueños, proyectos. El enemigo sabe que si ata al hombre y a la mujer de la casa puede tomar el botín. Nos preocupamos porque la cultura nos enseña a preocuparnos.
La preocupación es un proceso de imitación. Si en casa los padres son miedosos, seguramente los hijos aprenderán a preocuparse. Hay padres que les dicen a sus hijos: «Solo nosotros te vamos a cuidar», y después se preguntan por qué sus hijos lloran cuando van a la casa de un amigo, por qué hablan poco con la gente o por qué tienen tantos miedos. ¡Están preocupados porque aprendieron que solo sus padres los pueden cuidar! Está bien enseñarles a saber escoger, tener charlas profundas con ellos, hablar de todos los temas que a ellos les interesen y que deben saber para no caer en la trampa de nadie;pero no infundirles miedo, porque es eso justamente lo que los va a convertir en jóvenes inseguros.
La cultura nos enseña a preocuparnos, te dice que si vives preocupado «eres responsable»
Algunos se preocupan demasiado porque creen que es una señal de amor (no duermen pensando en los hijos) se asocia pensar todo el día preocupándome, con el amor. Hay personas que se hacen chequeos por las dudas les agarre algo. Todos tenemos problemas, ¿qué podemos hacer?
Lo que nos resuelve las preocupaciones son las ideas, sé una persona de soluciones y no de preocupaciones.
El afán de Marta no la dejó escuchar a Jesús. El afán de la vida hace que no escuchemos la palabra de Dios. ¿Por qué Jesús enseñó del afán al principio de sus enseñanzas? Porque si no él no podía seguir sembrando la Palabra por causa del afán y del engaño de las riquezas.
¿Cómo te va a sembrar más Palabra si a causa de tu ansiedad se ahoga constantemente?, por eso él dijo “no te afanes ni por la comida, ni por la vestimenta” una vez que entendemos esto, él puede seguir sembrando, porque el afán se roba toda la palabra.
Priorizar nuestras preocupaciones:
Anotar todas las preocupaciones en un papel, y luego darle un puntaje, ¿cuál es la más importante? sentarnos con tiempo, hace que la ansiedad disminuya. (Tengo un familiar que está enfermo y una deuda, primero está el familiar) el priorizar hace que las cosas pierdan la fuerza para enfermarnos.
La preocupación es por un problema, y eso dispara la ansiedad normal que es la fuerza para buscar una solución (con mis hijos, de salud, en lo económico). Ahora la ansiedad anormal es angustia patológica. Nos dormimos y nos despertamos, estamos hipervigilantes, esos son síntomas de problemas que no resolvimos, y esa angustia nos trae contracturas, problemas gastrointestinales etc.
Jesús dijo: “hay una sola cosa necesaria”. Si llenamos nuestra necesidad espiritual, si saciamos nuestra hambre y sed de Dios, el afán por lo demás empezará a desaparecer. Transforma tu mente cada día. Piensa en soluciones y no te compliques, ni compliques a los demás por el afán de que todo sea perfecto. Sé sencillo. Usa la sabiduría que está en tu interior. Date hoy mismo la oportunidad de no ser perfecto y disfrutarlo.
Por Silvia Truffa
Escrito para www.destellodesugloria.org