«Edificando la autoestima»
Cierto padre le dijo a su hijo: “No vas a ser nada en la vida”. Cuántas veces hemos escuchado decir estas y otras palabras más a los padres, los esposos, los maestros, jefes, etc. Si a alguien se le dice frecuentemente que nunca va a lograr nada, pronto empezará a creerlo, especialmente si se trata de un niño.
Gran parte de la responsabilidad del fracaso tanto en jóvenes como en adultos se debe al “robo” de su autoestima cuando éstos eran niños. El niño o la persona que no recibe la cantidad normal de elogios y aprecio los va a buscar de maneras equivocadas y hasta dañinas. Un gramo de alabanza puede lograr más que una tonelada de regalos. Por eso, es importante conocer y seguir las siguientes recomendaciones:
1- Alabe a la persona (niño) por las tareas bien hechas y las buenas acciones hacia los demás, como: generosidad, bondad, honestidad, etc.: debemos felicitar a los demás cuando éstos se esfuercen por hacer las cosas bien, aunque no lo hayan conseguido completamente
2- Reconozca que el elogio se necesita especialmente de la gente que es importante para nosotros: para un niño, por ejemplo, los padres son las personas más importantes; así que, cuando ellos lo reconocen, él se siente amado y seguro. En un adolescente, reconocerlo significa ayudarle a superar su timidez y desarrollar su independencia. La alabanza desarrolla generosidad, iniciativa y cooperación. Esto también es válido con adultos (jefes, esposos, etc.)
3- Nunca compare a su hijo, esposo (a), empleado, etc., con otro: al hacerlo, causamos más daño que ayuda
4- Evite el ridículo y el sarcasmo: el reírse del niño porque no puede hacer bien las cosas puede ocasionar no sólo su enojo, sino su aislamiento y hasta conductas más complejas
5- Brinde oportunidades para el aprendizaje: no tengamos temor el permitir que una pequeña ayude en las labores del hogar, por ejemplo, ya que estas experiencias le ayudarán a desarrollar sus habilidades. Lo mismo aplica para los esposos, los jefes, etc.
6- Tómelos en cuenta: cuando nos tomamos el tiempo para escuchar a los demás y conocer sus intereses, cuando dejamos de lado lo que estamos haciendo y les ponemos atención, edificamos su autoestima
7- Aceptemos a los demás tal como son, con sus limitaciones: cada cabeza es un mundo; todos somos diferentes y debemos aprender a aceptar esas diferencias y respetarlas
¡Edifiquemos la autoestima! ¡Construyamos el carácter!
¡Levantemos el ánimo!
Autora: Alma Delia Ponce
Escrito para www.destellodesugloria.org