El alfarero
Tal como esa greda que se moldea para hacer distintos elementos es como Dios trabaja en nuestra vida. Es cierto, a veces somos una greda un poco menos moldeable, pero cuando pasamos por el fuego ahí sí que quedamos dóciles. Y esta reflexión viene a partir de una experiencia muy personal e íntima, o más bien, después de pasar por el fuego.
Este día domingo que pasó podría calificarse como uno de esos días que se quieren olvidar por innumerables razones. Después de llorar hasta que los ojos se me salían y de estar mirando fijamente una mancha en la pared que carecía de importancia, me quedé dormida al fin. Al otro día debía cumplir con mis responsabilidades y al llegar a casa me encuentro con el siguiente mensaje privado de facebook que mi madre había copiado para mí (sí, ella es muy moderna):
“Aunque la prueba sea fuerte, aunque las ganas de tirar la toalla sean inmensas tan solo sécate las lágrimas. Aunque tengas mil cosas pendientes y a tu alrededor todo avanza muy rápido respira, mira al cielo, respira el dulce aroma de la vida y sigue adelante. Y si lloras por favor no te seques las lágrimas con toallitas de derrota sino de convicción, ya que el objetivo es que seas fuerte y de decisión.
No te frustres pensando que no podrás y que aquellas situaciones son demasiado para ti, recuerda: No es mucho ni tampoco poco, es la dosis perfecta para hacer de ti una mujer sabia
y llena de proezas.
La guerra que hoy luchas no es sola tuya, quien te acompaña es uno grande que te ama tanto que permite que mucha circunstancia pases con el propósito de hacer de su vasija una hermosa obra de arte.
Déjate moldear una y otra vez. Si el alfarero cree que necesita volverte a hacer, entonces déjate deshacer en sus manos sin temor a quedar deshecha.
Con Él no hay pérdida sólo ganancia.
Y para concluir desearía mucho que te digas a ti misma: Una vida llena felicidad es para mí si hoy le digo gracias a esa circunstancia”
A esas alturas yo ya no tenía ojos ni rostro de tanta emoción y lo remata con el siguiente versículo:
“Y sabemos que para los que aman a Dios, todas las cosas cooperan para bien, esto es, para los que son llamados conforme a su propósito”
Romanos 8:28
¿Crees que sea necesario agregar algo más? Cuando en el versículo dice TODAS LAS COSAS incluye las buenas y las malas, las tristes y las alegres, las que nos hacen bien y las que nos hacen mal. Sea lo que sea que te esté pasando hoy, sea lo que sea que estés sintiendo hoy, transfórmate en la greda más moldeable y permite que Cristo forme en ti SU OBRA MAESTRA, te aseguro que cuando la veas terminada, ni tú misma te lo vas a creer. La próxima vez que llores como una nena (como yo) recuerda lo que mi madre me citó:
“No es mucho ni tampoco poco, es la dosis perfecta para hacer de ti una mujer sabia y llena de proezas”
Autora: Poly Toro
Escrito para www.destellodesugloria.org