A veces puedes decir ¡Me siento solo! Me siento tan sola!
Creo que todos hemos dicho eso alguna vez, Jesús también se sintió así, cuando estuvo en la cruz, cuando le dijo a su Padre, que porqué lo había abandonado. Pero eso no quería decir que el Padre no estaba con Él, el lo sabia pero aun así, todo eso tuvo un precio de amor que a veces no entendemos.
Y que tal, si Dios permite que nos sintamos así, para que aprendamos a que única y exclusivamente debemos depender solo de Él.
Y que tal, si Dios quiere enseñarte que a la luz de su presencia nunca más sentirás soledad; porque Él siempre está con nosotros. Pero nuestra naturaleza nos demanda calor humano, la amistad sincera, el abrazo tierno, pero Él nos envió al Consolador, al Espíritu Santo.
¡Dios! Siempre, Siempre quiere que te sientas seguro y segura en Él, bajo la sombra de Sus Alas que te goces.
Aunque todos te abandonen, aunque tu familia no esté contigo, a pesar del rechazo de alguna persona, amigo o pareja.
“…y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Mateo 28:20
¡Yo estoy contigo! Todos los días, cada segundo de tu vida, Ámame, con todo tu corazón, tu mente y fuerzas. Así como yo te amo, hasta a dar a mi único hijo, así entrégame todo lo que eres. Porque yo nunca, nunca te rechazaré, yo te acepto tengas o no dinero, yo te amo sea cual sea el color de tu piel o apariencia, yo te recibo y no necesito tus títulos para amarte. ¿Por qué te sientes solo o sola?
Todo lo hice inmenso, el cielo, el mar, la Tierra, las estrellas, todo lo hice infinito, para que veas la cantidad de mi amor y nunca dejes de contar… porque así siempre contarás con mi amor.
Porque has sido mi socorro,
Y así en la sombra de tus alas me regocijaré.
Está mi alma apegada a ti;
Tu diestra me ha sostenido.
Salmo 63:7-8
Autora: Kari Gazo
Escrito para www.destellodesugloria.org