Director de orquesta
No es mi idea defender lo profundo y significativo del video, es sólo aplicar algunos de los principios allí revisados en nuestra forma de servir a Dios en donde quiera que estemos. En mi caso particular, lo extrapolé a la experiencia de trabajar con adolescentes y transformarme en una “directora de orquesta” en mi quehacer.
Si alguna vez has tenido la oportunidad de ver al menos por la televisión a una orquesta filarmónica, te darás cuenta que el director de orquesta hace movimientos que incluso llegan a ser graciosos y ridículos, pero es su manera de movilizar a cada uno de los instrumentos que forman parte de la orquesta. Él, sin articular palabras es capaz de llevar armónicamente el sonido de cada instrumento. El director de orquesta es un líder y su función es ser capaz de despertar posibilidades en otros. ¡Wow! Esta idea transforma totalmente todo…¡TODO!
Nuestro rol como líderes (aún si no hemos sido nombrados “oficialmente”, pero si cumplimos esta labor) es precisamente el ser capaces de articular los maravillosos sonidos (y a veces MUY desafinados sonidos) que emiten los “instrumentos” con los cuales estamos vinculados, y cada uno de ellos se “luzca” en la puesta en escena final, que hagan su mejor demostración. Me parece que esta forma de liderar es la que más se parece al modelo de Jesús. Él despertó posibilidades en sus discípulos y diariamente se preguntó (estoy segura, aunque no aparezca en la Biblia) ¿qué estoy haciendo para que a mis discípulos les brillen los ojos? ¿qué estoy haciendo para despertar posibilidades en ellos? Imagínate el cambio que experimentaron esos y otros hombres cuando se toparon con Jesús en sus vidas ¡sus ojos no deben haber parado de brillar!
Y las preguntas que yo digo que Jesús se hizo, también nosotros nos las podemos hacer cada cierto tiempo. En donde trabajamos, en donde servimos a Dios, en nuestras familias y amigos ¿despertamos posibilidades? ¿ayudamos a producir ojos brillantes, asombrados del mundo de posibilidades que se abre ante mí?
Si bien yo considero que no tengo muchas habilidades musicales, quiero ser una directora de orquesta. Quiero ser capaz de participar de una maravillosa sinfonía de la cual yo formo una parte, pero la “magia” la hacen otros, los ojos brillantes que se ven no son los míos, son los de ellos. En mi caso, no puedo dejar de pensar en los adolescentes con quien trabajo, le pido a Dios que en cada ocasión que tenga de contactarme con ellos me pregunte si estoy haciendo algo para contribuir en ese “despertar” y en ese “brillo” que quiero que salga a la luz porque revela su verdadera naturaleza, a aquello que portan dentro suyo.
Seamos despertadores de posibilidades. Seamos líderes que hagan brillar los ojos de quienes tienen la posibilidad de contactar. Seamos directores de orquesta de una filarmónica sensacional.
Autora: Poly Toro
Escrito para www.destellodesugloria.org