Un Destellito en las manos de Dios
El Agua Que Nunca Se Acaba
Muchos son los pueblos que se benefician de los pozos de agua. Desde tiempos inmemoriales, ésta forma de abastecerse del vital elemento, ha estado presente en la historia humana, dijo Destellito. Ejemplo tenemos en la misma Sagrada Escritura, como el pozo de Jacob, o el pozo donde conversaron Jesús y la mujer samaritana.
Un varón contó la siguiente experiencia: Al visitar una ciudad, se dio cuenta que las personas sacaban agua de un pozo ubicado en un parque. Se acercó a un hombre que bebía ávidamente, al que preguntó si el agua se agotaba. El hombre dijo que habían intentado secar el pozo más de alguna vez mediante el trabajo del Cuerpo de Bomberos, hasta que descubrieron que por debajo de la ciudad corría un río caudaloso.
El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Juan 7:38.
Podemos decir, expresó Destellito, que el Señor establece un principio con semejante declaración, y que es simplemente entender que todo aquel que cree en el Señor Jesús, interiormente en él, se habrá establecido un río de aguas vivas. Y al igual que el pozo de la ciudad, tendrá suficiente agua para entregar. Cada creyente es un pozo capaz de entregar el agua necesaria al sediento, si cada cántaro no es llenado el hijo o la hija de Dios Creador está en serio peligro, y ¿Cuál es?, que el rio se seque y que la poca agua que quedó en el pozo se estanque. El mundo se muere de sed, y es deber de los pozos vivos satisfacerla.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org