Dolor sordo
Tal parece ser que estos dolores sordos que aparecen en nuestro cuerpo también podrían aparecer en nuestra alma, y también podrían ser “sordos” porque invaden gran parte de nuestro pensamiento causándonos preocupación e incomodidad, pero sin poder llegar al origen de éstos, y sin poder identificar específicamente de qué se tratan. No sé si alguna vez has escuchado o tú mismo has dicho “algo me pasa pero no sé qué es” o “me siento triste pero no sé por qué”, bueno, estas preguntas darían cuenta de dolores emocionales sordos: su origen no lo identificamos y sentimos que afecta muchas áreas de nuestra vida.
Si nos ponemos a revisar la historia bíblica y a pensar en personajes que hayan tenido dolores emocionales sordos nos podemos encontrar con varios, una de ella es la mujer del flujo de sangre, o la mujer samaritana con la que Jesús conversó en el pozo, existía un dolor en ella, que Jesús entendió como “sed” y le ofreció el agua viva, lo que necesitaba. Nosotros, al igual que estas mujeres, podemos tener dolores emocionales sordos que aparecen en determinados momentos, no sabemos su origen y tampoco los podemos definir, sólo los sentimos, nos incomodan y no nos gusta que estén allí, pero como no sabemos bien de qué se tratan…tampoco podemos resolverlos.
A psicoterapia la mayoría de las personas que llegan a consultar lo hacen por estos dolores sordos que aparecen en su vida, pero nosotros tenemos al mejor psicoterapeuta de todos, Él conoce, es más, Él escucha estos dolores sordos y presta atención para ayudarnos a superarlos y a erradicarlos de nuestra vida. La próxima vez que uno de estos desagradables visitantes llegue a tu vida, pídele a Dios ayuda para lograr superarlo y dejarlo atrás, para que no vuelva a aparecer y logres ir acercándote a la vida plena que tienes en Cristo.
Autora: Poly Toro
Escrito para www.destellodesugloria.org