NO DESMAYES
Salmos 46:10-11 (RVR 1960).
Un verdadero hijo de Dios se caracteriza por creer en El, por creer en quien lo ha entregado todo y quien se ha ganando un lugar en nuestro corazón a pulso, pues Dios ha hecho hasta lo imposible por ocupar el primer lugar en nuestro corazón porque nos ama.
Algunos le permiten ese primer lugar, otros hoy se lo dan pero al día siguiente ese lugar le pertenece a otra persona o cosa y existen los que nunca se lo quieren dar. Somos tan cambiantes, así como las situaciones que nos rodean; Pero lo que nos va a dar fuerzas para afrontarlas es el lugar en que tengamos a Dios en nuestra vida.
Sentimos desmayar, sentimos desfallecer, sentimos que vamos cayendo en un abismo, pero los que tenemos a Dios como prioridad sabemos que no vamos a caer, que El siempre nos sostiene en sus brazos. Nuestro padre celestial siempre piensa en nosotros, pero somos nosotros los que en la aflicción no pensamos en El. ¨Aunque afligido yo y necesitado, Jehová pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío, no te tardes.¨ Salmos 40: 17 (RVR 1960).
Ante la tribulación y la dificultad, nos enfrascamos en otras cosas, la mente se nos llena pensamientos de derrota, nos desanimamos, pero la solución de nuestros problemas solamente está en Dios y descansar en su presencia. Pues recargamos baterías al sentirlo, nos llena y de paso nos desahogamos.
Entonces en ocasiones dejamos que un problema o un ataque de Satanás nos haga dudar de Dios, y nos desestabiliza de tal manera que nos olvidemos de EL, como es posible de le prestemos toda nuestra atención a un simple problema que Dios puede resolver en un instante, porque para El no hay nada imposible; ignoramos a quien todo lo puede, nos enceramos más en la dificultad que en Dios.
Los problemas y el enemigo, solo quieren afectarnos y destruirnos, no prestemos nuestros oídos a quienes nos quieren destruir. Sino prestemos nuestra atención a Dios quien puede levantar grandes cosas de la nada.
La clave para no desmayar esta en buscarle en oración, llenarnos de su presencia y de su palabra. No escuches lo que la gente dice, no creas lo negativo que esperan de ti.
Créele a Dios solamente y no serás avergonzado.
¨Entonces clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones.¨
Salmos 107:6 (RVR 1960).
Autora: Jessica Terán
Escrito para: www.destellodesugloria.org