No me rendiré
(¿La universidad lo está matando?)
2 Corintios 12:9
Debo confesar que bien no he estado, las fuerzas se me agotaron, los ánimos huyeron de mí como nunca antes había pasado.
Es esta semana he sentido el amargo sabor de la derrota, me he sentido incapaz a más no poder, he visto como mis sueños se destruían. Incluso he pensado que todo lo que he ido construyendo no valía la pena. Me he visto tan diferente a la que realmente soy.
Soñaba con estudiar en la universidad, le pedí, clamé a Dios porque me diera la oportunidad de estudiar, le dije que yo daría todo de mí. Saben hasta he llegado a dudar de que ese sueño cumplido era de Dios. Me he sentido tan inútil en este quinto ciclo de la universidad que pensé en dejar todo atrás. Mas cuando por un momento retiré mis tristes pensamientos e invité al sol entrar en mis deseos. Dios me dijo SIGUE ADELANTE, YO ESTARÉ CONTIGO, YO TE DARÉ LAS FUERZAS QUE NECESITAS.
La verdad es que cuando Dios me dijo esto desee que se equivocara porque mis ojos veían otra realidad, me decía a mi misma: Señor yo he aceptado muchos de tus Nos con obediencia, aunque me ha costado, he obedecido y grande ha sido mi gozo, pero ahora desearía tanto que me dijeras sí. Ni siquiera se pueden imaginar cuanto he deseado un sí del Señor.
Dos de mis amigos me han alentado, dos de mis amigas también mas mi mente no alcanzaba a comprender la esperanza que tenían en mí. Hasta que yo le dije a uno de ellos: Creo que Dios tiene fe en mí, a lo que mi amigo respondió, Claro que sí si tu eres hija de Dios. Cuando me dijo esa sencilla oración, recordé que soy una guerrera, Dios me ha hecho para pelear pero no sola sino con él.
Querido hermano (a) lo que deseo compartir con ustedes el día de hoy deseo mucho que sea para darle toda la gloria y honra a Dios. Permítanme decirle que el hecho que este frente a la computadora, escribiendo, es una clara señal que Dios me ama. No quiero negarme a vivir su amor, por eso escribo, no quiero apagar los dones que me ha dado y pensar que soy inútil porque no lo soy. Para Dios nuestras debilidades son nuestras fortalezas, Dios me ama y eso me tranquiliza. Me tranquiliza el hecho de saber que Él me entiende y desea que deje de ver las circunstancias y vea como la fighter (luchadora) que soy.
Por eso mi querido amigo(a) si piensa que debe dejar la universidad porque quizás piense que se equivocó en elegir la carrera. En primer lugar déjeme decirle que sé cómo se siente, hay un nudo en su garganta y corazón. Le pido de todo corazón que ya deje de ver todo aquello que le grita ¡NO LO VAS A LOGRAR, RÍNDETE!, PORQUE SÍ LO VA A LOGRAR. Tal vez los cursos se han tornado difíciles, quizás ha reprobado algún parcial, pero no se desespere falta los finales. Con eso le quiero decir que habrá perdido la batalla pero no la guerra.
Por favor no se rinda y con las poquitas fuerzas que tenga, vaya y corra al Padre y dígale como se siente. Hágale la pregunta que ha estado rondando en su cabeza y sé que hasta el sueño le ha quitado. Hágalo, atrévase a que en esta área de su vida ÉL también intervenga. Fue difícil para mí pero logré hacerlo, ahora con ocho horas y cuarenta minutos, del día veintinueve de mayo del do mil once. Le quiero compartir lo siguiente NO ME RENDIRÉ.
Aunque la duda me atormente yo no confío con la mente, lo hago con el corazón. Esperaré pacientemente
(Extraído de la canción Esperar en ti, de Jesús Adrian Romero)
(¡¡FIGHTING!!)
Autora: Estephany Cordova V.
Escrito para www.devocionaldiario.com