Sin el respaldo de Dios, vamos perdiendo cualquier batalla.
Y os hablé, y no disteis oído; antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová, y persistiendo con altivez subisteis al monte. Deuteronomio 1:42-43
Se puede ir por la vida haciendo y deshaciendo, triunfando o fracasando, construyendo, escogiendo caminos, yendo por cualquier lugar y creando en nuestro propio consejo. A veces las cosas no salen como las planeamos, perdemos, y no entendemos porque, vamos a un lugar y solo nos sucede lo malo, hacemos un proyecto, o una actividad y no sale como lo esperábamos. Para salir, para pelear, para luchar, necesitamos revestirnos del poder de Dios, ningún soldado va a la guerra sino va protegido.
Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
¡Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
En un momento habría yo derribado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
Los que aborrecen a Jehová se le habrían sometido,
Y el tiempo de ellos sería para siempre. Salmos 81:11-15
Así es sin el respaldo de Dios vamos perdiendo cualquier batalla, porque nuestra ayuda viene de Él, apartados de Él no podemos hacer nada, porque todo hay que ponerlo en sus manos, o esperar a que Él nos indique si es o no el tiempo, para lo que tienes en mente, porque puede suceder subamos al monte y Dios no esté con nosotros.
Así como Jesús les dijo a sus discípulos, que no salieran a predicar hasta que viniera el Espíritu Santo sobre ellos, son indicaciones que ellos obedecieron y podemos ver en su palabra los resultados de ir con el respaldo de Dios, de hacer las cosas tanto espirituales como seculares con el respaldo de Dios.
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará. Salmo 37:5
Incluir a Dios en nuestras decisiones es y será la mejor elección.
Autora: Kari Gazo
Escrito para www.destellodesugloria.org