Tema: «HERIDAS QUE PRODUCEN SANIDAD»
Lectura: 2 Corintios 1:1-7
Rara vez he experimentado una cadena de circunstancias que me hablaran de manera tan vívida con respecto a la situación en que me encontraba. En Su providencia llena de gracia, Dios las usó para consolarme y dirigirme. Se hizo evidente que la sanidad fluye desde las manos heridas de Jesús y que nuestras heridas pueden ayudar a los demás.
En retrospectiva, he aprendido cómo el consuelo de Dios en el sufrimiento puede construir puentes para aquellos que están sufriendo. Pablo explicó esto con gran claridad: «Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de misericordias y Dios de toda consolación, el cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación, por medio de la consolación con que nosotros somos consolados por Dios» (2 Corintios 1:3-4).
¿Le estás llevando tu dolor emocional a Dios? Su sanidad espiritual puede ayudarte a brindar consuelo a los demás, así como, por medio de Cristo, mi amigo me consoló a mí.
Reflexión: Cristo se quebrantó por nosotros para consolar a los quebrantados entre nosotros.