Un Destellito en las manos de Dios
Destellito, como colaborador del Ministerio Destello de su Gloria, se siente haciendo la voluntad del Señor con mucho gozo, porque fue sacado por Él del anonimato, llamado por la Gracia siendo un muy pequeño rayito de sol, oculto detrás de los grandes y poderosos rayos solares. Y en ésta ocasión, compartirá con sus lectores los acontecimientos que le ocurrieron a un grupo de hombres perdidos en altamar.
Un Milagro en el Mar
James Whittaker, miembro de la tripulación de un B-17, y comandado por el capitán Eddie Rickenbacker, se estrelló en el Océano Pacífico al quedar sin combustible. Un grupo de nueve hombres pasaron todo un mes perdidos y flotando en tres pequeñas balsas sobre el mar. Tan sólo habían pasado ocho días desde el accidente cuando agotaron el escaso alimento que llevaban.
El capitán Rickenbacker, todas las mañanas hacía su devocional diario, provocando la curiosidad de la tripulación.
Un día, después de su habitual devocional y cuando las esperanzas de sobrevivir eran escasas, echó su cabeza hacia atrás apoyándola sobre la balsa, mientras cubría sus ojos con su gorra. Repentinamente un ave se posó sobre su cabeza, todos permanecieron muy quietos, mientras que el capitán, entendiendo que se trataba de una gaviota, la agarró presto. La tripulación se pudo alimentar y con los intestinos del ave, usándola como carnada, pudieron pescar y así sobrevivir hasta ser rescatados, contó Destellito al tiempo que abría su Biblia.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna. Juan 3:16.
El capitán del B-17 Eddie Rickenbacker y su tripulación, salvaron nada más que por el amor de Dios, pero para que pudieran ser salvados fue necesario que la gaviota muriera, su sangre y su carne les permitió sobrevivir. Más dramático es como se logró la salvación del hombre.
A pesar de tenerlo todo o teniendo nada, los hombres cavilan que hacer para sentirse interiormente satisfechos, saben que se están muriendo de a poco, sin encontrar el verdadero amor y la verdadera felicidad, y creyendo que no hay esperanza, caminan sin rumbo fijo con un tremendo vacío en el corazón. Les hace falta Dios.
Cristo Jesús, quiso entregar su vida en la cruz, para que el hombre tuviera salvación y vida eterna, creyendo en Él. Si Dios salvó a la tripulación del B-17 enviándoles un ave marina, cuanto más hizo al enviar a su Hijo Jesús para entregar a los hombres salvación y vida eterna.
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para: www.destellodesugloria.org