Preparativos
Existió alguien que planificó desde su nacimiento su muerte. Resulta paradójico el pensar que haya alguien que haya nacido cuyo principal objetivo era morir. Que durante toda su vida supiera que el momento más trascendente de su vida sería su muerte, por lo tanto, desde que nació preparó cada uno de los detalles que serían útiles y necesarios para concretar su muerte, de tal manera que quienes lo rodeaban no tuvieran que preocuparse de los detalles sino que disfrutaran su muerte. Aún más extraño ¿verdad? Me suena hasta como a un rasgo muy obsesivo, pero Jesús no tiene un cuadro psicopatoloógico conocido como “trastorno obsesivo compulsivo” (TOC), no, Jesús gozó de muy buena salud mental. Lo que hizo Jesús fue planificar su muerte para poder así planificar tu vida.
Durante los 33 años que Jesús vivió en la tierra, todo lo que hizo fueron preparativos y más preparativos. Preparó a los discípulos para que pudieran continuar Su obra, preparó al pueblo para que lo entregara a la muerte, preparó promesas para que tú y yo las disfrutemos ahora. Jesús lo preparó todo a sabiendas de que esos preparativos serían una señal hasta nuestros días.
El mismo día de la última cena, cuentan los evangelios que una mujer vertió perfume sobre los cabellos del maestro provocando la ira de los discípulos y de quienes observaban la escena; sin embargo, Jesús mismo señaló que la mujer lo estaba preparando para la hora de su muerte. Todo en la vida de Jesús fueron preparativos.
En nuestra vida también nos encontramos con estos elementos. Tal vez no de manera tan clara a nuestra vista, pero sí ante los ojos de Dios, todo lo que nos sucede es un preparativo para lo que vendrá. Es lo que Steven Jobs, el creador de la marca Mac, señala en un conocido discurso: conectar los puntos hacia atrás. Existe un momento de nuestra vida en donde el evento que tanto preparábamos se da, pero si no lo preparamos este no va a existir. No puedo asistir a un cumpleaños que no existe ni a una boda que no se realizará. El “evento” debe existir, pero para que exista yo lo debo planificar, lo debo preparar y debo dedicarle tiempo y atención.
Tal vez en tu vida hay una serie de “eventos” que aún no se concretan, pero te hago la siguiente pregunta ¿te estás preparando para ellos? Si lo estás haciendo, antes de lo que piensas ocurrirán, si no lo estás haciendo ¡es el momento de hacerlo! Es necesario caminar en fe y empezar a hacer esos preparativos que se materializarán en un proyecto, en un sueño cumplido y compartido, tal como lo son las celebraciones.
Prepárate en fe para tu “evento”. Comienza con los preparativos. El tiempo se acerca.
Autora: Poly Toro
Escrito para www.destellodesugloria.org