Un Destellito en las manos de Dios
El cajón de manzanas.-
Destellito, se detuvo frente a un puesto de frutas. El feriante vendía manzanas, eran muy rojas y grandes, y realmente se veían deliciosas. Habían varios cajones llenos de manzanas; un poco más allá habían otros con manzanas verdes, a Destellito le gustan las rojas.
Con la curiosidad característica de Destellito, se dio cuenta que el vendedor revisaba cada cajón, manzana por manzana, con bastante diligencia. Con un paño limpio las frotaba dejándolas brillantes, pero había algunas que las dejaba en otro cajón. Destellito, sin poder contener el interés que había despertado en él tal acción, preguntó al feriante porqué razón lo hacía, Destellito, en ocasiones muy especiales puede hacer uso del poder de comunicarse con la gente, el hombre le explicó que apartaba las manzanas podridas de las buenas, porque de no hacerlo, corría el riesgo de que todas las otras manzanas del cajón terminaran pudriéndose. O sea que una sola manzana en mal estado, podría causar un gran daño.
La Biblia dice en 2a de Corintios 7:1, “Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios”.
Los hijos y las hijas de Dios, están llamados a vivir en santidad. De la misma forma que el feriante separa la manzana podrida de las buenas, así también, deben apartar de su vida todo aquello que pueda hacerles perder la limpieza realizada por el Espíritu Santo en cada uno. Si un amigo o amiga es razón de contaminación, debe apartarse, más vale perder un amigo o una amiga que la salvación otorgada por Cristo Jesús; si hay algo o alguien que está resultando una manzana podrida, y cuya influencia en usted le puede causar daño, lo mejor es apartarlo de su existencia. Dios le ama, y quiere lo mejor para su vida, de usted depende mantener la santidad sin contaminación para llegar al cielo.-
Autor: Oscar Olivares Dondero
Escrito para www.destellodesugloria.org